Tengo la sensación de que estas líneas no van servir para nada. Lo digo porque ni el clamor de la calle, ni las quejas de los sindicatos, ni los argumentos de la oposición, han impedido que los socialistas, sin el más mínimo pudor, aprovechando su exigua mayoría en las Cortes regionales, hayan regalado a Barreda un aguinaldo que no lo iguala ni el Gordo de la lotería de Navidad y hayan dado a sus altos cargos una propina infinitamente más abundante que las que damos los españoles cuando tomamos café, que tan negativamente dice Solbes que afectan a nuestra economía.
{mosgoogle}Todos sabemos que la capacidad demagógica del Partido Socialista es un fenómeno digno de estudio de los sociólogos, pero la de Barreda es digna de los psiquiatras si pretende que pasemos por alto que se ha puesto un sueldo, que no desentona con el de un magnate del petróleo. Sueldo que es ofensivo para una región como la nuestra, que, diga lo que diga, después de 25 años de gobierno socialista, tiene mucho que andar, para alcanzar los niveles de desarrollo de otras autonomías.
¿Por qué quieren homologar tan rápidamente el salario del Presidente y el de sus altos cargos si llevan más de tres años resistiéndose a homologar el de los funcionarios de la Junta, argumentando, para no hacerlo, que en Castilla-La Mancha la vida es más barata?; ¿por qué no han empezado homologando el sueldo de la multitud de empleados de la Junta cuyos ingresos no le permiten llegar con dignidad a fin de mes?; ¿por qué sólo Barreda se ha comprometido a donar su incremento salarial y sus altos cargos no?
Este sorprendente gesto no sólo ha provocado que el Presidente de la región caiga en el desprestigio ante quienes gobierna, sino que es atentatorio contra la dignidad de los castellanomanchegos. A esto el pueblo le llama “chupar” y a los que actúan así les llama caciques.
Barreda, que hizo una tesis doctoral que versó sobre el caciquismo en Castilla-La Mancha en el siglo XIX, si cuando acabe su etapa política vuelve a la universidad, podría dirigir una tesis para estudiarse a sí mismo. Ni que decir tiene que su doctorando, como los de ahora, seguirá siendo un mileurista con titulación universitaria.
El hecho es de tal gravedad que merecería, nada menos, que un cambio de rumbo en el esquema de la gestión de los presupuestos regionales, pero, los que tenemos el deber de hacer oposición constatamos que nuestras voces de protesta caen en el vacío y que en Castilla-La Mancha el poder cuenta con instrumentos de manipulación capaces de desactivar todos los conatos de reconducción de desastres. Es por lo que, para cerrar el círculo del horror, tengo que acabar como empecé: convencida de que, lastimosamente, mis palabras no servirán de nada, y de que Barreda y sus altos cargos celebraran esta Navidad el espléndido aguinaldo que se han auto concedido.
Y no es eso, señores, no es eso.
