Svetlana, Francieli, Rosa, Sara, Fuensanta, Jennifer, María, Pilar, Ascensión, Edelmira, Jessica… y un largo, desgraciadamente largo, rosario de nombres -69 hasta la fecha de hoy en la que celebramos el Día contra la Violencia de Género- conforman la negra lista de víctimas mortales de la violencia ejercida contra las mujeres a manos de sus parejas o ex parejas este año en el que ya superamos la cifra de 68 fallecidas del año 2006.
Una estadística escalofriante que año tras año, lejos de disminuir, continúa creciendo, a la que hay que sumar todas esas cientos de mujeres que día a día sufren maltrato psicológico y/o físico porque no sólo son víctimas aquellas que, por desgracia, engrosan la lista de fallecidas sino que hay muchas más mujeres que forman parte de esa estadística de la violencia de género mucho más amplia. Una estadística que esconde tras de sí no sólo nombres sino la historia de todas y cada una de esas cientos de mujeres.
{mosgoogle}
Historias llenas de amor, de ilusiones, de sueños que ya no existen y que nunca existirán para ellas porque aquella persona con la que compartieron su historia decidió, en un momento dado, convertir su vida en un infierno o acabar con su vida, sin más opción.
Hace más de dos años se pusieron en marcha medidas dirigidas a acabar con esta grave lacra social a través de la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género pero el número de mujeres asesinadas no se ha reducido y por ello debemos denunciar, una vez más, que es una Ley insuficiente, que no ha dado el resultado que todos esperábamos y que algo está fallando porque las mujeres siguen muriendo, tanto si denuncian como si no lo hacen y por eso es necesario, como hemos pedido en reiteradas ocasiones, revisar esta Ley para cubrir las carencias con las que se aprobó inicialmente.
Así pues, en un día como hoy, como no podía ser de otra manera, debemos preguntarnos: ¿qué es lo que está fallando?
En primer lugar, y lo ha reconocido la propia Delegada Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer, está fallando la información. La mayoría de las mujeres no saben a qué medidas pueden acogerse ni qué hacer en caso de sufrir maltrato. Otra de las cosas que, como decía anteriormente, está fallando son las medidas de protección para las mujeres víctimas de malos tratos ya que, en muchas ocasiones, a pesar de haber denunciado y tener órdenes de protección siguen sintiéndose un blanco fácil para su maltratador, que puede acceder a ellas en cualquier momento y acabar con sus vidas.
Y, ¿qué queda todavía por hacer? En este sentido, me gustaría hacer especial hincapié en el caso de las mujeres del medio rural porque sufren en mayor medida y de forma aún más silenciosa el problema de los malos tratos. Un año más, desde AFAMMER volvemos a pedir que se realice un estudio a fondo sobre la incidencia de la violencia de género en el medio rural y que se acerquen más servicios y recursos tanto de asistencia social como policiales a nuestros pueblos de forma que las mujeres que sufren este problema tengan dónde acudir con rapidez y prontitud.
Reivindicamos, además, un mayor esfuerzo para potenciar el acceso de las mujeres a un puesto de trabajo ya que, en numerosas ocasiones, la dependencia económica es uno de los obstáculos con los que se encuentran para salir del círculo del maltratador.
Hoy, 25 de noviembre, es un buen día para volver a reivindicar medidas más efectivas pero también para recordar que la prevención de los malos tratos y de las actitudes machistas es fundamental y que esa prevención tiene como base la educación de los más pequeños, de nuestros niños y niñas, en igualdad y en valores como el respeto y la tolerancia.
En pleno siglo XXI y en una sociedad democrática e igualitaria no podemos permitir que se sigan vulnerando y conculcando los derechos de las mujeres con lacras como la violencia de género, un problema en el que debemos implicarnos toda la sociedad.