Dos dedos vendados y una uña morada es el final de este texto. Lo digo por si no llega, por parecerle largo o aburrido.
Cada anciano, era de una localidad diferente, pero todas del mismo concejo (comarca) y por tanto comparten el mismo ayuntamiento.
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Dichos pueblos se encuentran en un radio de 8 km, por lo cual, al principio de la conversación, pensé que todos ellos celebraban tal honor y lo mojaban con fino caldo de la Ribera, Rioja o Mancha.
Pues no acerté NI una de mis suposiciones, vean por que:
El nativo de Moredo, se chuleaba, de que los demás pueblos no eran sino aldeas desperdigadas por los montes de Asturias, sin ninguna importancia a ningún nivel y que en ocasiones incluso se convertían en pesadas cargas para la “capital” del concejo, pues era muy caro, hacer una simple carretera, que solo daría servicio a 20 o 30 vecinos, mientras que su núcleo poseía OCHO MIL almas y esas eran… ¡muchas almas!.
“El dinero del ayuntamiento, ha de ser para tener guapa la capital y no los andurriales” –decia Fredo, alisándose continuamente la corbata, que expresamente para esa fecha le había comprado Luci, la de la tienda de comestibles.
¿La capital? –respondio “Furacu” el minero (al que le llame ex, le parte la cara fulminantemente), no te referirás, al “pueblin” ese, que mas parece un cementerio de torres de viejas minas. No te apures que ya me preocupé yo de ahuecarlo bien por abajo, para que al menor sísmico, vayáis todos “pal” pozo. Tu no estás en tu sano juicio si presumes de eso.
A lo que Tinin, que había sido el farmacéutico toda la vida le espetó al chulillo: en cuanto abran la estación invernal de Fuentes de Invierno, me vas a rogar de rodillas que te venda uno de mis pisos en Cabañatercia, pero óyeme bien, si tanto presumes de la aldeuca esa, en la que vives, no te dejaré habitar, ni en los establos de mis vacas. Por fanfarrón, que es lo que fuiste toda la vida…¡un fanfarrón!.
El tema se fue calentando mas de la cuenta y mi suegro Pepón (muy respetado por todos, sobre todo, por el tamaño de sus manos, que asemejan las raquetas de Nadal) consiguió poner paz, no sin cierto esfuerzo, pero por allí salieron las madres de los tres abuelos ( a relucir me refiero) y casi las familias al completo.
Y en ese momento fue cuando me dio por pensar, que a ver quien es el guapo que les da un mitin sobre Europa, o a decirles que somos igual que un aleman, vikingo, sueco o “nederlan”, si se hostian a la primera de cambio con el vecino de 3 km mas allá, compartiendo el mismo valle, el mismo rio, si es la misma montaña, la que les roba el sol a las 5 de la tarde, el mismo el aire que respiran y casi se pueden hablar a voces los tres desde sus casas.
Y es que queramos o no, nos gustan los microcosmos, yo diría que “nos ponen” a veces los micro-microcosmos y somos capaces de extremar el nacionalismo, regionalismo, localismo, pegarnos por defender la “fama” de nuestro barrio o la limpieza de nuestra acera, aunque nos parezca una porquería.
¿Iurop? ¿y ezo que eh lo que eh?
Pero no quiero acabar aquí, porque lo mejor está por contar: una vez que mi suegro “se hizo” con los tres abuelos, (que son amigos suyos desde la infancia), salió el tema de los políticos y la corrupción que casi les acompaña como un sombra maldita (según Tinin) que si corruptelas por aquí, que si comisiones por allá, que si el concejal de urbanismo “pone el cazo” que si las minas a cielo abierto, en fin que “la estufa se empezaba de nuevo a calentar” hasta que Fredo (el de la corbata) dijo con enorme gravedad de voz:
¡Yo tengo la solución a ese problema!
El silencio reinó y Furacu, pensó que su amigo había tomado demasiado Ribera-peleón. Se respetó la pausa y dijo:
¡Que hagan el dinero PERECEDERO! ¡que se pudra en 48 horas y que su olor sea insoportable.
Coño-dijo Furacu- sorprendido ante tal sentencia, mientras su cerebro maquinaba a una velocidad inusual para analizar los pros y contras de la frasecita.
Mas de dos minutos de silencio y todas las cabezas de los presentes o cercanos a la mesa, maquinando la posible solución a un problema eterno: la avaricia. ¿Sería esta una buena solución?
En esto que a Tinín, el farmacéutico se le ocurre decir, confesándose de esta forma como “culpable”. ¿sabes porque dices eso?…porque tu no tienes un puto duro.
La siguiente escena transcurrió a camara lenta, les aseguro que muy muy lenta. Imaginenselo:
La garrota de Fredo, fue alzada cual katana de samurai, herido en su honor, mientras “Furacu” le agarraba de la flamante corbata, para abortar el ataque,
Pepon intentó detener la espada en su temible bajada en vertical y como les cuento, el resultado final, está al principio.
De vuelta a casa a comer con la familia, me carcajeaba de mi suegro y de lo acontecido, comentándole mi extrañeza por la “tirantez extrema” a pesar de llevar toda la vida juntos y el abuelo de mis hijos dijo, casi susurrando (yo creo que lo pensaba pero no quería decirlo en alta voz) “cuando en el 36, estábamos los cuatro en la trinchera y las balas nos silbaban por encima, nos llevábamos mejor…la panza bien llena y los “duros” que almacenaron, es lo que les enfrenta”.
Se acabó la carcajada y se cerró el tema definitivamente: ¡hala abuelo, a comer!
Oigan, ojala que por muchos años, sigan repartiéndose garrotazos , porque eso querrá decir que ya… las balas no silban sobre nuestras cabezas”.