El 24 de octubre se celebra en toda España el ‘Día de la Biblioteca’. Castilla-La Mancha no podía ser menos y, desde la Consejería de Cultura hemos querido aunar esfuerzos para celebrar con regocijo y satisfacción la buena salud de nuestras bibliotecas públicas.
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Una biblioteca es como una gran plaza donde todos podemos encontrarnos en algún momento, un sitio para disfrutar, para intercambiar experiencias o para sumergirnos en la sociedad de la información. Son instituciones en donde predomina un acuerdo tácito con nuestra ciudadanía: hacer que la cultura y el conocimiento sean cada vez más accesibles, cada día más universales.
Si en algo se caracterizan nuestras bibliotecas es en el grado de compromiso adquirido con una sociedad cada vez más plural y diversa. Nuestras bibliotecarias y bibliotecarios, auténticos dinamizadores culturales de sus barrios, de sus pueblos o de sus ciudades, no han dudado en acercar la lectura a la gente, en los colegios, en las consultas de pediatría o en los centros penitenciarios.
En Castilla-La Mancha estamos orgullosos de las 532 bibliotecas que componen nuestra Red de Bibliotecas Públicas y que dan servicio al 98,5 % de la población. Tampoco podemos olvidar la gran labor de nuestros ocho bibliobuses, que dan cobertura a más de 200 pueblos y cuyo excelente trabajo ha sido premiado recientemente por la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles.
Somos una de las comunidades autónomas que más utiliza estos espacios; la segunda que más préstamos sirve a los cerca de 750.000 socios que hay en nuestra región, y una de las administraciones que más libros adquiere para incrementar los fondos de nuestras bibliotecas, algo en lo que este año el Gobierno regional va a invertir más de 3.000.000 de euros. Así mismo, la actividad en nuestras bibliotecas está dinamizada por más de 200 clubes de lectura y subvencionamos el contrato de 236 bibliotecarios municipales.
Como consejera de Cultura sólo puedo reiterar mi agradecimiento a los responsables y trabajadores de estos centros por su eficiencia, empeño e integridad en el ejercicio de su profesión. Sin ellos y ellas no podríamos alcanzar ese altísimo nivel de excelencia del que gozan nuestras bibliotecas públicas.
Éstas son las razones por las que animo a todos los castellano-manchegos a asistir a la biblioteca más próxima y a hacer que todos los días podamos festejar juntos la existencia de unas instituciones que son un ejemplo de los valores humanos, sociales y democráticos por los que destaca nuestra región.