Sí, ha leído bien. El Sr.Barreda, si en estos días no da marcha atrás, dejará herido de muerte nuestro Estatuto de Autonomía, recién reformado y aprobado por unanimidad en nuestras Cortes regionales.
{mosgoogle}
Si el Sr. Barreda cumple su amenaza de aprobar en los próximos día una Reforma Electoral ideada y aprobada unilateralmente desde su partido, además de romper con los más elementales principios democráticos que contempla nuestro propio estatuto (los principios de igualdad, proporcionalidad, representatividad y el necesario requisito de aprobarse con la mayoría de 2/3 de las Cortes), romperá también con los más elementales principios del sentido común como son el garantizar una representación territorial mínima para cada provincia, que debe actualizarse en función de sus crecimientos poblacionales y que, en definitiva, sea un sistema electoral objetivo, duradero y flexible que opere automáticamente y no dependa o esté al servicio del Gobierno de turno.
La interesada estrategia del Sr. Barreda pasa por hacer par el número de representantes en cuatro de las cinco provincias castellano-manchegas (Albacete, Toledo, Guadalajara y Cuenca), dejando sólo como impar a Ciudad Real (su tierra) y bajo la premisa de que sólo haya, como hoy, dos partidos con representación parlamentaria en las Cortes regionales, podría darse en las urnas el curioso y escandaloso caso de que un mismo partido ganase por varios miles de votos en cada una de las cuatro provincias-pares y perdiese por un solo voto en la de Ciudad Real. La Ley D’Hont que es la que se aplica para repartir escaños, arrojaría un resultado sorprendente además de injusto: la Presidencia de la Junta de Comunidades sería para el partido que ha perdido por varios miles de votos en las cuatro provincias y que ha ganado por un solo voto en Ciudad Real. ¿Es de justicia democrática esta Reforma Electoral socialista que además de vulnerar nuestro Estatuto, vulnera el más común de los sentidos?
Esperamos sinceramente que el Sr. Barreda recapacite y no cometa un error de tanta gravedad y trascendencia para nuestro sistema democrático por sus consecuencias irreparables para esta región y también y sobre todo porque al aprobar en solitario su Reforma Electoral, incumpliría lo marcado en nuestro Estatuto, contagiando dicho incumplimiento a todos aquellos que desean su no aprobación en el Congreso, como son las regiones limítrofes por el tema del agua y de la caducidad del trasvase o como Zapatero para no tenernos que dar una financiación mayor como a Cataluña y Andalucía (nos correspondían 458 millones de euros más en los Presupuestos Generales del Estado 2008 si hubiera estado aprobado).
En definitiva si el Sr. Barreda consumara su amenaza de reformar la Ley Electoral, se convertiría en el primer incumplidor de nuestro Estatuto, hiriéndolo de muerte cuando en un futuro no muy lejano estaba llamado a ser el verdadero motor reivindicativo del progreso que Castilla-La Mancha necesitaba para obtener una mayor financiación, unas mayores competencias y unos mayores niveles de bienestar para nuestras familias. Maria Dolores de Cospedal y el Partido Popular de esta región sabemos lo que nos jugamos y vamos a dejarnos la piel para que no se cometa semejante atropello.