Pocos personajes históricos se salvan de tener en sus biografías claroscuros. Sobre todo cuando se han identificado con una ideología concreta que tendrá su antagonista, da tal forma que para este adversario los oscuros serán más sombríos y los claros menos nítidos. Y como personaje histórico Ernesto Guevara De la Serna, más conocido como el CHE no se salva de este constante “revisionismo”.
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El “Che” nace en 1928, en la ciudad de Rosario (Argentina), al poco de nacer sufre una neumonía que derivará en asma, algo que le acompañará toda la vida y que otorga al personaje un espíritu de sacrificio impresionante, ya que a lo largo de su vida, tuvo que poner a prueba su resistencia física en innumerables ocasiones, de las que salió reforzado, sino física, al menos mentalmente.
El “Che” no se conforma con conocer la realidad social de su ciudad, quiere conocer bien su país y por ello en 1950 inicia un viaje por Argentina, con una bicicleta a la que ha puesto un motor. Esta aventura, le lleva incluso a embarcar como enfermero en buques mercantes. Mientras realiza este viaje como “vagabundo” prepara sus exámenes de medicina.
Al poco de regresar de su primer viaje, ya está organizando el siguiente, en el cual, junto a su amigo Alberto Granado durante nueve meses recorrerá América del Sur en una destartalada moto Norton de 500 cc, a la que apodaban "La poderosa".
Es en este viaje, en el que Ernesto Guevara, empieza a conocer su realidad histórica, el contexto en el que le ha tocado vivir. Viajando se da cuenta de la gran pobreza que existía (y que por desgracia aún persiste en muchas zonas) en el llamado Cono Sur. Descubre la esclavitud en Perú (fomentada por grandes empresas casi siempre extranjeras), conoce la dictadura de Laureano Gómez en Colombia, le llama la atención los brutales contrastes entre ricos y pobres en Caracas (Venezuela), tanto es así, que en su diario escribe “este vagar por nuestra mayúscula América me ha cambiado mucho más de lo que creía”.
Una vez más, el final de un viaje, no es sino el comienzo de otro nuevo. En Julio de 1953 informa a su familia que se marcha a Venezuela. Las vicisitudes del viaje planeado en origen, le hacen, recorrer, otros países como Panamá, Costa Rica (donde conoce a exiliados cubanos que le hablan de un joven abogado llamado Fidel), Nicaragua (bajo la dictadura de Somoza) y Guatemala, donde vive en primera persona el golpe de estado orquestado por la CIA y la todopoderosa United Fruit Company. En estos días, Ernesto Guevara escribe “si hay que morir que sea como Sandino y no como Azaña”. Se esta forjando el guerrillero.
Tras el golpe militar en Guatemala, Ernesto Guevara, junto a otros exiliados, se marcha para México. En Julio de 1955, conoce a Fidel Castro. De él escribe “ si algo bueno se ha producido en Cuba desde Martí, es Fidel Castro; él hará la revolución ”. Fidel se encuentra reclutando hombres para su causa y Ernesto no duda en unirse a la misma. Comienzan un duro entrenamiento como guerrilleros, largas caminatas, subidas de cerros, defensa personal, prácticas de tiro, que ponen a prueba una vez más la capacidad de superación del personaje.
El 25 de Noviembre de 1956, 82 hombres mal armados embarcan en un pequeño yate llamado “Granma”, para iniciar una revolución. En frente, en la isla de Cuba, tienen a 35 mil hombres (entre policía y ejército), tanques, navíos de guerra, y aviones de combate.
Y la revolución triunfó. Por mucho que los antagonistas que citaba al principio quieran oscurecer esta campaña, lo cierto es que 82 hombres, no pueden conquistar un país. Está claro que para el triunfo de una revolución y de una ideología contaron con el inestimable apoyo y aprecio del pueblo cubano. Nadie puede decir que Fidel Castro impuso su voluntad. La voluntad la impuso el pueblo que ya no soportaba más ser el prostíbulo de Estados Unidos, bajo el gobierno del títere dictador Batista.
En esta campaña, nació el “Che” Guevara. Empezó como médico de la expedición y terminó siendo comandante, por méritos adquiridos en combate. El guerrillero también destacó por su actitud pedagógica, tanto en la lucha, como en la educación. En los distintos campamentos guerrilleros siempre se preocupó por crear una escuela para alfabetizar a los campesinos que se iban uniendo a la revolución.
Al poco de terminar la revolución, desde Estados Unidos, donde en un principio se pensó que estaban sustituyendo un gobierno títere por otro, empezaron a darse cuenta de que este gobierno, no iba a ser como el derrocado e inmediatamente iniciaron una campaña en la prensa en la que acusaban de los más terribles crímenes a los vencedores revolucionarios.
Es cierto que la pena de muerte se aplicó a militares y policías batistianos, acusados de torturas y asesinatos. Algo que no paran de destacar lo detractores de la figura del “Che”, pero es misma pena de muerte se sigue utilizando a día de hoy en Estados Unidos, y esos mismos opositores no dicen nada al respecto.
Respecto a este tema, en una ocasión, el “Che” sorprendió a un grupo de milicianos que querían asesinar a unos presuntos chivatos. El “Che” les dijo “Ustedes ni nadie pueden actuar a la libre. Existen tribunales revolucionarios. Si alguno actúa por sí, ordenaré que lo encierren y le formen juicio, también revolucionario” por supuesto.
Durante los años que siguieron al triunfo de la revolución, el Che desempeñó diversos cargos, entre ellos, el de embajador, Presidente del Banco Nacional de Cuba y el de ministro de industria, donde con su ejemplo inició las jornadas de trabajo voluntario, en las que se dedicaban los domingos a realizar trabajos comunitarios como construcciones de escuelas, y no le importó siendo ministro, ponerse a picar piedra, pero claro ¡eran otros tiempos!..
Todo esto tan solo es un pequeño esbozo del mundo en el que se movió el “Che” Guevara, de sus “circunstancias”, después vendrían Bahía de Cochinos, el embargo de Estados Unidos, el Congo, y finalmente Bolivia. Para quién quiera conocer más de cerca al personaje, recomiendo la biografía escrita por Paco Ignacio Taibo II, el libro se llama “ERNESTO GUEVARA, TAMBIÉN CONOCIDO COMO EL CHE”, y por supuesto, también existen publicaciones de sus “diarios de motocicleta”, “el diario del Che en Bolivia” y para conocer mejor su ideario político existe una recopilación de discursos y cartas llamada “OBRAS ESCOGIDAS 1957-1967”.
¿Qué queda del “Ché” a cuarenta años de su muerte?. Pues en estos tiempos en los que parece que ha muerto la ideología, estos tiempos en los que dos obreros que no llegan a los mil euros mensuales por jornadas de nueve o diez horas, discuten si el himno nacional tiene o no que llevar letra, o si el destino del país se basa en la colocación o no de la bandera española en los Ayuntamientos, o en si se debe impartir la asignatura de educación para la ciudadanía, mientras están pagando la mitad de su salario al Banco por un piso que no será suyo hasta dentro de cuarenta años, creo que el “espíritu del Ché” debería verse fortalecido.
No vamos a pedir a los jóvenes que suban a la sierra. No vamos a reclamar una revolución armada. Pero sí, que basándonos en el inconformismo de Ernesto Guevara, en sus ganas de superación, en su afán por conocer las miserias del mundo intentar poder poner un grano de arena en la lucha por impedirlas.