Hace ocho años, en 1999, fue reformada la OCM del vino, dando lugar a la que en la actualidad está en vigor. Aquella OCM es indudable que trajo cosas buenas de las que se han beneficiado nuestros viticultores, pero también es indiscutible que no ha servido para resolver los problemas que le afectan al sector vitivinícola en la actualidad.
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Por otra parte, las ayudas establecidas en la OCM actual han venido bien para tener unas garantías de precios con los productos vínicos, sobre todo en las distintas destilaciones y sirven para regular el mercado a través de las ayudas al almacenamiento. Pero también es cierto que, en muchos casos, se ha demostrado que ha servido solo para aplazar el problema.
Ahora desde Bruselas nos plantean una reforma de la actual OCM. Pero las propuestas que nos hacen desde la Comisión Europea lejos de poner solución a los problemas actuales, pueden agravarlos de cara al futuro, al plantear una total desregulación del sector con un ajuste traumático de las medidas. Esto no es bueno y nos podemos encontrar a corto plazo con una situación grave.
Los dos grandes problemas que afectan al sector vitivinícola europeo son, en primer lugar el descenso en el consumo y la llegada de vinos de terceros países.
A pesar de que en la Unión Europea se consume la mayor parte del vino que se produce a nivel mundial, el consumo se está reduciendo de manera continua, sobre todo en aquellos países tradicionalmente consumidores como España, Francia, Italia y Portugal. Este descenso no es compensado por el incremento del consumo en países donde el vino no se consume tradicionalmente.
Esta situación se ve agravada con, el segundo problema, la penetración de los vinos de terceros países a la Unión Europea.
¿Qué medidas se contemplan en la nueva propuesta de OCM para recuperar el consumo?, Ninguna. Si continuamos a este ritmo cada vez el consumidor es mayor en edad y la caída del consumo será imparable. Hay que llevar a cabo acciones para frenar la caída del consumo y recuperarlo.
Estamos hablando de un producto con más de 3.000 años de consumo, incluido en la dieta mediterránea, saludable tomado con moderación. Cuando se habla de campañas antialcohólicas tomando al vino en ellas, me pregunto ¿Es posible que la especie humana haya estado equivocada durante mas de 3.000 años?.
Por otra parte y como complemento fundamental de lo anterior, se encuentran las acciones de promoción y mejora de la comercialización para ganar y consolidar los mercados, siendo el mercado principal el de la Unión Europea. ¿Dónde está el apoyo a esas acciones en la Unión Europea?. En la nueva propuesta no las veo. No podemos competir con vinos de terceros países, cuando en acciones de mercado se compiten con reglas distintas. Por ello la nueva OCM debería contemplar medidas positivas en este sentido.
Creo que los aprovechamientos tradicionales, históricos para nosotros y que entran dentro de los usos naturales de los productos derivados de la uva como son el alcohol de uso de boca y el mosto, son productos que deben estar contemplados y apoyados en la nueva OCM del vino, o cuando menos no aplicar un recorte drástico a las ayudas que han venido recibiendo y mantenerlas durante un periodo transitorio. Pues el alcohol de uso de boca en Castilla-La Mancha, se venia obteniendo de nuestra variedad Airen mucho antes de que existiera la Unión Europea y ello no significa la destrucción de un vino excedentario, sino un aprovechamiento normal del vino.
Es cierto que hemos conseguido algunos avances importantes desde la aparición de una “propuesta de sondeo” que hizo la Comisión, por la insistencia y el trabajo del Gobierno regional, con su Presidente José Maria Barreda al frente, como ha sido la reducción de la superficie arrancada a la mitad (de 400.000 has a 200.000 Has), y que esta sea voluntario.
Otra de los aspectos positivos contemplados en la propuesta de nueva OCM es la desaparición de la chaptalización (adición de azúcar de remolacha al vino para aumentar el grado) y el establecimiento de los “sobre nacionales”.
Pero la verdad es que hay otros muchos temas que es necesario acometer en este periodo de negociación que ahora se ha abierto. Entre estos podemos destacar los temas relacionados con el arranque y su regulación, la financiación de las medidas en el nuevo marco, el apoyo a los viñedos de secano para las zonas sin alternativas, la derivación de fondos para el desarrollo rural, etc. para que queden recogidas las necesidades de la viticultura de Castilla-La Mancha en el nuevo marco vitivinícola.
Creo que es el momento de la unidad para el trabajo, unidad de todas las partes implicadas: representantes del sector (sindicatos agrarios, cooperativas, empresarios), de la sociedad en general (partidos políticos, consumidores y usuarios, municipios, etc) y de la administración como coordinadora y representante en todo este proceso, con el fin de alcanzar la mejor propuesta y el mejor acuerdo para resolver de cara al futuro los problemas de nuestra vitivinicultura.