Quizás, podamos distinguir tres formas posibles de hacer deporte, dependiendo de si estamos en interior o exterior y si la instalación tiene carácter privado o municipal.
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De unos años a aquí, los Ayuntamientos, y las empresas privadas, vienen desarrollando una guerra, a la que ni los jueces, le encuentran solución.
Los políticos dicen que la practica deportiva, ha de estar al alcance de todos (precios simbólicos) y los empresarios argumentan que ellos, pagan impuestos y después son los propios Ayuntamientos, quienes les hacen una competencia “desleal-ílegal”.
Y así llevamos diez años, entre jurisprudencias que no se cumplen, dependiendo de la región y petición por parte de los privados, de que, al menos, no ofrezcan los polideportivos, un abanico tan amplio como ellos y oferten únicamente a los clientes, deportes de equipo en pista, para al menos poseer un trozo del mercado. Por lo general, los enemigos de las instalaciones municipales, dicen, que en estas, la atención no es personalizada, hay monitores un par de horas al día, el material está mucho mas descuidado y la evolución por tanto del pupilo , ni es seguida mensualmente, con cambio de programa de entrenamientos, ni preocupa a nadie excesivamente que este, permanezca en dicha instalación o decida marchar por estar descontento con tal atención. Además, es muy extendida la idea de que los gerentes de los mismos, son meros conserjes que carecen de cualquier tipo de titulación, de formación y que por tanto son funcionarios, sin capacidad para motivar a los profesores que se encuentran en plantilla.
Mientras, el argumento de las municipales, es que con 40 euros al mes, en un gimnasio, entrena una sola persona y con esta misma cantidad, podría entrenar él, su esposa e hijos en el polideportivo, además de ofrecerles como gancho sauna, solarium y piscina, gratis dos días a la semana.
Lógicamente los polideportivos, pueden permitirse “no ser rentables”, por aquello de que los sostiene el Ayuntamiento, pero los gimnasios privados son empresas que han de generar beneficios, no aguantando por mucho tiempo la competencia a la que los someten, viéndose abocados a cerrar las puertas muchos de ellos.
Si a esto unimos que, en cada barrio hay una instalación municipal, el problema se agrava aun mas. Y si añadimos además, el absentismo deportivo de los jóvenes, mas el bajísimo índice de natalidad, nos encontramos con que a la hora de pescar, en el río, no hay peces. Al menos esto es lo que está ocurriendo en Asturias.-
Pero hete aquí, que (no cabíamos en el fuego y parió la abuela), hace relativamente poco tiempo y aprovechando un enorme vacío legal, diferentes asociaciones de vecinos, culturales y/o de ocio, incluso colegios, se suman a la competencia, ofreciendo actividades extraescolares en horas no lectivas y por tanto, restan socios, tanto a las municipales como a los gimnasios, entrando “como elefante en cristalería” sin saber muy bien de que lado ponerse, para luchar por su trozo de tarta.
Dado que los polideportivos, cobraban una mensualidad mas baja que los privados, pero las asociaciones de vecinos imponen unos precios casi simbólicos, (para pagar profesorado y poco mas), las municipales intentan recortar derechos a estas y a la vez los gimnasios, les ofrecen sus instalaciones a dichos colectivos por una mensualidad “afinada” dado que aportan grupos de varias decenas de personas, de una sola “tacada”, con lo cual, la amistad (escasa) que habían conseguido hacer los dos bandos principales, se vuelve a romper.
Y en ello estamos, en situación estancada, pero dado que no avanzar, suele ser retroceder, los gimnasios no cesan de cerrar, ante la imposibilidad de hacer frente a impuestos, alquileres, pago de profesores, etc.
La frase “estoy harto de darles el dinero, para comprar el hacha, con la que me cortan la cabeza” es la mas utilizada por los dueños de gimnasios y antes o después la selección es tan bestial, que mas parece una aniquilación selectiva.
Seguro que este no es el final, ha de haber una estación mas allá, que desconocemos, pero sin duda, aquí, si hay que sentarse con las partes y hablar largo y “tendido” (es un decir), pero en dicha reunión, tal y como esta el tema, no le recomiendo a nadie agacharse a por un euro. Por si acaso.
Es exactamente el mismo caso que se discute en el telediario de hoy: ¿Televisión Española (estatal) tiene derecho a exhibir (y por tanto cobrar) los mismos segundos en publicidad, que las demás cadenas, siendo estas privadas y por tanto no recibiendo un duro de las arcas estatales? He ahí el “meollo” de la cuestión. Si ustedes quieren dejar su opinión les adjunto el enlace del blog:
http://www.miciudadreal.com/blog/pabormi/?p=61
Hasta la semana que viene, amigos.