Mujer, es tu día, pero no podemos felicitarte, ya que el camino aún no ha terminado. Podemos mirar hacia atrás y aprender de Lisístrata, mujer de un soldado ateniense que promovió una huelga sexual en la comedia que lleva su nombre, pero mejor miremos la realidad, a las parisienses que pedían "libertad, igualdad y fraternidad" en los fragores de la Revolución francesa y marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, madres de las sufragistas y madres, también, de Clara Campoamor, como representante más notable del feminismo español.
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Aunque mirar hacia atrás no es sino perderse en la inmensidad de lo pasado, aprendamos de ello, de todas las que dieron su tiempo y su vida por la igualdad, y sigamos adelante.
En la actualidad, la mujer es vejada, infravalorada y menospreciada por un grupo de hombres que ignoran el poder y potencial de la mujer, lo que es capaz de conseguir y lo que ya ha conseguido por la sociedad. Ellos son los que producen la prostitución, los que pagan un sueldo inferior a la mujer y los que, injustamente, la maltratan. Los que con su ignorancia o simple maldad, quién sabe, intentan perpetuar la situación de la mujer.
Lástima que no se pueda sensibilizar a esta parte, la parte más reaccionaria y tradicionalista de la sociedad, pero sí podemos poner nuestro pequeño granito de arena, evitando cualquier acto de desigualdad para con la mujer.
Es por ello que en Juventudes Socialistas hombres y mujeres somos uno, trabajamos en igualdad por una sociedad digna y justa. No podemos felicitarte mujer, pero sí podemos mirarnos con complicidad, fundirnos en un abrazo fraternal y luchar contra las tempestades del camino hasta el siguiente alto, el próximo paso en pro de la igualdad social.