Antonio Salinas (portavoz de Agricultura del Grupo Socialista en las Cortes regionales)
Parece que la candidata del PP en Castilla-La Manchal la ha tomado con el sector agrario y el medio rural. Nada más llegar, atacó e insulto, sin ningún reparo a los ciudadanos del medio rural, tachándoles de incultos, llegando a afirmar que en el medio rural había menos cultura que en el medio urbano y esa era la razón por la que el PP ganaba en las ciudades y el PSOE en las zonas rurales. Hecho, de por sí, totalmente incierto, porque en los grandes núcleos urbanos de Castilla-La Mancha también ganó la opción socialista.
Pero no se ha quedado aquí la señora De Cospedal, y dando muestras de una gran incontinencia verbal, y desconocimiento, en un acto público celebrado en Ciudad Real el pasado domingo 11 de febrero, llamó “impuesto revolucionario” al Fondo de Promoción Vitivinícola. Un fondo, que fue creado a través de una Ley de acuerdo con el conjunto del sector vitivinícola y que es gestionado por los representantes del sector (sindicatos agrarios, cooperativas, empresarios bodegueros y la administración) en la Fundación “Castilla La Mancha Tierra de Viñedos”.
Ante esta manifestación hay que hacer las siguientes consideraciones:
Esta afirmación es demasiado fuerte y no puede tener más consideración que de exabrupto, frase poco afortunada y de insulto para el conjunto del sector. Porque impuesto revolucionario en España únicamente lo ha venido aplicando en España una banda terrorista y no creo que nuestros viticultores y bodegueros lo sean.
Es preocupante el desconocimiento que tiene, quien aspira a gobernar esta región, de la normativa europea en materia de ayudas agrícolas. Esta normativa nos impide aplicar ayudas nacionales o ayudas de estado a los sectores que están regulados por una OCM y el vino lo es. ¿Cree el PP y la señora De Cospedal que si este tipo de ayudas estuvieran permitidas, no las habría aplicado ya el Gobierno regional?
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Es conveniente y muy saludable decir la verdad y no tratar de engañar a los agricultores prometiendo cosas que no pueden ser. En España tenemos ejemplos con el pasado –el Gobierno del PP aplicó algunas ayudas de Estado que posteriormente la Comisión de la Unión Europea declaró ilegales, obligando su retirada. Por ello es necesario conocer mejor las reglas de juego y prometer aquello que es posible, sin demagogia ni engaños.
Por último hay que reseñar que cuando la Ley de la Viña y el Vino se estaba tramitando, no se hizo ninguna aportación por parte del PP para que desapareciera el Fondo de Promoción Vitivinícola, ni en el reciente debate de la toma en consideración de la proposición de ley.
El Fondo de Promoción Vitivinícola es un buen instrumento en manos del sector para promocionar nuestros productos vitivinícolas. Es un ejemplo y una referencia para otras regiones vitícolas de España y está dando sus primeros y fructíferos pasos para que se conozcan nuestros vinos y tengan cada vez mayor penetración en los mercados nacionales e internacionales. ¿Por qué será que siempre cuando se hacen cosas buenas para Castilla-La Mancha al PP le sabe mal? ¿Es que realmente está en contra del desarrollo de esta tierra?.
Para finalizar, solamente recomendar a los dirigentes del PP que miren de otra manera a nuestro sector agrario y a nuestro medio rural. Esperamos conocer las nuevas ideas e iniciativas que aplicarían a este sector, y les recomendamos que eviten caer en el desprecio o la descalificación cada vez que se dirigen al mundo rural.
