El pasado sábado en Madrid, un millón y medio de personas volvíamos a pedir al Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero que, tras el atentado de la T-4 de Barajas del pasado 30 de diciembre que se cobró la vida de dos personas abandone toda negociación o diálogo con la banda terrorista ETA y vuelva al seno del Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo como única forma de acabar con la violencia terrorista en nuestro país a través de los mecanismos con los que cuenta el Estado de Derecho, es decir la acción policial y judicial, mientras la banda terrorista siga sin mostrar ninguna intención de abandonar las armas.
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Y ustedes, una vez más, señor Rodríguez Zapatero, ante la inexistencia de otros argumentos de mayor peso para intentar ocultar el rotundo éxito de una convocatoria que, sin duda, no les beneficia en sus planes de continuar negociando con la banda terrorista, vuelven a querer confundir a la sociedad identificando la bandera y el himno con otros tiempos y otros episodios de la Historia de España de los que, gracias al esfuerzo que realizamos en la Transición, hemos pasado página pero que ustedes siguen empeñados en recordar.
No, señor Rodríguez Zapatero, ni hemos confiscado ninguna bandera ni ningún himno, ni se trataba de un acto de desorden ni exaltación, ni de ningún acto comparable a la Plaza de Oriente, ni de ninguna concentración de extrema derecha, como han señalado en los últimos días algunos de sus ministros o destacados miembros la Ejecutiva del PSOE. ¿O, es que para usted y los suyos sentirse español es un pecado o un delito?
El pasado sábado, la pluralidad presidió una Manifestación que -le recuerdo- fue convocada y organizada por el Foro de Ermua y su presidente Mikel Buesa -precisamente militante socialista- y no por el PP, en la que estuvimos junto a las víctimas un millón y medio de personas de toda España y de todas las ideologías, incluidos destacados representantes de su partido, del PSOE, que tampoco están de acuerdo con la política que está llevando a cabo su Gobierno en el mal llamado “proceso de paz” que ETA se encargó de romper el pasado 30 de diciembre con el atentado en Barajas.
Ante eso, usted y su Gobierno vuelven a dar de nuevo la espalda a las víctimas y a hacer caso omiso al sentir de la mayoría de los ciudadanos españoles que, con su presencia en la manifestación, quisieron hacer un llamamiento para recobrar el Espíritu de Ermua -afortunadamente todavía vigente en la memoria de los españoles-, un llamamiento a la unidad y una llamamiento a mantener una posición firme ante el terrorismo de ETA con quien, después del atentado de Barajas, está claro que no vale ningún proceso de negociación, sólo queda vencerlo a través del Estado de Derecho, porque tenemos que seguir construyendo ya alentando desde la justicia nuestro cariño y compromiso hacia las víctimas y sus familias.