La mujer, motor del desarrollo rural


María Isabel Moya (directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha)

  

Celebramos el Día Mundial de la Mujer Rural, once años después de que la IV Cumbre Mundial de la Mujer, realizada en Pekín, decidiese conmemorar la gran aportación económica, social y cultural que realizan las mujeres en el ámbito rural.

   Esta celebración adquiere una especial significación en Castilla-La Mancha, donde la mujer rural representa una parte importante de la población castellano-manchega y constituye un pilar fundamental en el desarrollo económico y social de nuestros pueblos.

   Su esfuerzo, trabajo y sabiduría han hecho posible el mantenimiento de la economía rural, base sobre la que se asienta, en buena medida, el bienestar de las familias y por tanto de nuestra sociedad. Estoy convencida de que el compromiso de la mujer con su realidad más cercana ha sido uno de los grandes factores que ha hecho posible que Castilla-La Mancha crezca y sea un mejor lugar para vivir.

  
No obstante, el peso de los estereotipos sexistas ha contribuido en el pasado a hacer “invisibles” a las mujeres y a no ocupar el papel que se merecen. Durante mucho tiempo no han sido tenidas en cuenta sus demandas y prioridades y han sufrido en primera persona la falta de oportunidades para desarrollarse en igualdad de condiciones.

  
La falta o precariedad en el empleo y las dificultades para conciliar su vida laboral y personal han sido, y todavía son, algunos de los “obstáculos” a superar. Todos conocemos a muchas mujeres que, además de trabajar a jornada completa, tienen que atender las obligaciones de sus hogares y cuidar a sus parejas, hijos, o a algún familiar dependiente.

  
Afortunadamente, la situación está cambiando. Las propias mujeres están luchando por hacer realidad sus aspiraciones y acabar con las barreras con las que se enfrentan por el mero hecho de ser mujer.

  
En este camino no se encuentran solas. El Gobierno de Castilla-La Mancha ha priorizado conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres y trabaja, de manera transversal, para que cuenten con más y mejores oportunidades, a través de numerosas actuaciones de discriminación positiva.

  
Ahora se está ultimando un Plan regional de Conciliación de la Vida Personal y Laboral que supondrá un importante paso adelante, y también se está elaborando un Plan que propiciará un desarrollo sostenible de nuestro mundo rural.

  
Queremos que trabajen en lo que quieran, que lleguen a los puestos que deseen, que sus puntos de vista sean tenidos en cuenta… En definitiva, queremos hacer posible una sociedad más justa e igualitaria, donde tenga el valor que se merece lo femenino en términos de prestigio, reconocimiento y remuneración.

   Todavía queda mucho camino por recorrer pero estoy convencida de que el futuro será mejor para todas y todos si las mujeres hacen lo que deseen con el suyo propio.

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