Salud, mujer y sensibilización

Carmen Quintanilla Barba (Presidenta Nacional de AFAMMER)

  
“Más de medio millón de mujeres mueren al año en el mundo a causa del embarazo y de las dificultades del parto”, según el trabajo “Situación de las madres del mundo 2006” realizado por la organización no gubernamental Save the Children. Ésta es tan sólo una de las informaciones que encuentro al repasar diversa documentación a la hora de ponerme a escribir este artículo con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer al que se dedica hoy, 28 de mayo, y que persigue sensibilizar y concienciar a la sociedad mundial sobre las carencias que aún persisten en esta área en nuestro planeta.

  
Alguien podrá pensar que, desde que el mundo es mundo, los alumbramientos han tenido sus riesgos pero medio millón es una cifra demasiado elevada y más si comprobamos que muchas de esas muertes se pueden evitar tan sólo con que en los lugares en los que se producen la mayor parte de ellas existieran los recursos sanitarios que, en los países más desarrollados, consideramos básicos (en Afganistán, Etiopía y Nepal sólo un 15% de los partos son atendidos por especialistas).

  
Cuando comenzó a extenderse el SIDA/VIH la mayoría de los afectados eran hombres, pero la tendencia en los últimos años ha cambiado y ahora el índice de mujeres que están expuestas al contagio o que son contagiadas supera al de los hombres debido al incremento de la transmisión por vía heterosexual. Así, de los 39 millones y medio de personas en el mundo que en 2004 tenían la enfermedad 18 millones eran mujeres mientras que en algunos países como los del África Subsahariana, las mujeres representaban el 57% de los adultos afectados y hasta el 76% de los casos con edades comprendidas entre los 15 y 24 años.

  
Otros ejemplos, en este caso ligados a la violencia de género vuelven a mostrarnos la realidad y la problemática específicas del binomio salud y mujer. Según revela un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mujeres que han sido víctimas de malos tratos tienen el doble de posibilidades de padecer problemas de salud físicos o mentales que las que no han sido maltratadas.

  
Tampoco podemos olvidarnos hoy de esa otra violencia escalofriante y que también guarda relación no sólo con los derechos de la mujer sino con su salud: la que sufren cada año tres millones de niñas que son sometidas en el mundo a la mutilación genital, una práctica que causa la muerte de miles de ellas debido a las infecciones generadas por intervenciones hechas sin ninguna garantía higiénica ni sanitaria.

  
En este día, desde mi responsabilidad como presidenta de una organización no gubernamental como la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural y como diputada nacional, me gustaría invitar a hacer una reflexión sobre la necesidad de que todos: organizaciones sociales, instituciones políticas, responsables sanitarios, etc. a nivel nacional e internacional nos impliquemos en la adopción y puesta en marcha de las medidas oportunas que permitan, en pleno siglo XXI, paliar las carencias sanitarias de las que, desgraciadamente, la mujer sigue siendo protagonista en muchas partes del mundo.

  
Dentro de esas medidas se hace preciso mejorar las líneas de ayuda a la cooperación al desarrollo existentes incidiendo en los recursos sanitarios; potenciar las campañas de información y formación dirigidas las mujeres sobre las enfermedades o prácticas frente a las que muestran mayor vulnerabilidad o desprotección y sensibilizar y presionar más a los gobiernos para acabar con intervenciones como la ablación, que mutilan a la mujer física y psicológicamente y que no sólo se realizan en los países de origen sino también en los de acogida aunque en muchos de estos últimos esté catalogado como un delito.

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