Felipe Medina Santos
Ahora que está en marcha la Comisión de Investigación en el Parlamento de nuestra Región, a la que van acudiendo responsables publicos y técnicos para esclarecer los acontecimientos que desembocaron en la muerte de 11 seres humanos por el incendio en la provincia de Guadalajara.Después de que el Presidente Barreda desplegase toda una serie de actuaciones políticas:visitar el lugar de los hechos,comparecer en el Parlamento Regional,entrevistarse con Zapatero,junto a los alcaldes de los pueblos afectados por esta tragedia,cabría hacerse una pregunta que no tiene respuesta :¿hasta donde va a llegar el PP en la acidez, acritud y dureza de su oposición política?.
Los acontecimientos políticos que han rodeado al dramático incendio de Guadalajara inducen a pensar que las consignas del núcleo duro del PP tienen todavía suficiente fuerza como para imponerse a Mariano Rajoy, a pesar de que los reveses electorales, que son consecutivos, debieran incitarles a la reflexión. Los muertos no esperaron a ser enterrados para que el Congreso de los Diputados fuese testigo de un intento de agresión por parte de un diputado del PP, Rafael Hernando, que tiene una amplia historia y un pedigrí que no pasaría el tamiz democrático en cualquier país de nuestro entorno, en un incidente sin precedentes en nuestra vida parlamentaria.Gracias Sr.Marín por la elegancia y sentido democrático que implime a sus actuaciones.
Si ni siquiera se esperó a enterrar a los muertos para utilizarlos como arma política ¿qué panorama tenemos por delante?
Es cierto que los sucesos de Guadalajara se merecen una investigación exhaustiva que ya está en marcha en el Parlamento Regional para aclarar cualquier negligencia y exigir responsabilidades no solo políticas, sino penales, pero los tiempos y las formas, en democracia, no son sólo circunstancias litúrgicas sino que forman parte del entramado que da carácter y respeto al Estado de Derecho.
Ni los reveses electorales ni la soledad parlamentaria del PP han sido motivos de meditación para la dirección del partido, que, nucleada por el sector más duro, insiste en una política de dureza sin paliativos y en crispar la vida política en España. Sus terminales mediáticas hacen el resto y el resultado es una pérdida de calidad democrática en la vida civil que todavía no se ha notado en la magnitud que se teme, porque esa cascada de fenómenos y formas tarda en manifestarse. Pero así como los hooligans son la chispa que incendia los campos de fútbol, diputados como Rafael Hernando y portavoces como Ángel Acebes,Eduardo Zaplana y la diputada regional Sra.Guarinos,siguiendo instrucciones de la calle Genova, son los detonadores de situaciones de estremecimiento político que vuelve a resucitar el fantasma de las dos Españas.Lo importante es que el Gobierno Regional ejerza su función con responsabilidad, dé explicaciones en sede parlamentaria y asuma las consecuencias de sus actos.¿Les parece poco la dimisión irrenunciable de la Sra.Arévalo en un gesto que le honra y pone en salvaguarda que en política no vale todo? Si el PP quiere algarabía no creo que se le daba dar el placer de concederles réplica.