Roberto Sabrido (Consejero de Sanidad)
Hace una semana, en los actos de celebración del Día de la Región en Valdepeñas, los coordinadores de los equipos de trasplantes de Castilla-La Mancha recibieron, con la entrega de una placa al mérito regional, un justo homenaje por su labor, ya que no sólo da sentido al compromiso cívico de las personas que deciden donar sus órganos en caso de fallecimiento, así como de sus familiares, que aceptan esa postura tras la muerte de su ser querido, sino que permite una mayor formación y capacitación de nuestros profesionales sanitarios en un área que marca siempre la calidad de un buen servicio sanitario público.
En Castilla-La Mancha tenemos en la actualidad 27 programas de extracción y trasplantes de distintos órganos y tejidos, de los que 25 se desarrollan en los centros hospitalarios de nuestro servicio de salud regional, con más de 70 profesionales implicados, entre facultativos especialistas y personal de Enfermería.
Nuestra región vive estos últimos años un repunte importante de los datos de donaciones de órganos, que le ha permitido salir del furgón de cola. Hemos pasado de 12,8 donantes por millón de habitantes en 2001 a 24,9, en 2004, con 46 donaciones de órganos llevadas a cabo el año pasado en los hospitales públicos de Castilla-La Mancha (41 multiorgánicas y 5 renales), lo que ha supuesto duplicar en cuanto a número a las practicadas en 2001 y situarnos por encima de muchos países de nuestro entorno y cada vez más cerca de la media nacional.
Este aumento progresivo de las donaciones tiene mucho que ver con el impulso que ha supuesto para la sanidad de nuestra región que el Gobierno de Castilla-La Mancha asumiera en enero de 2002 las competencias de asistencia sanitaria, ya que uno de los objetivos marcados por el Plan de Salud de Castilla-La Mancha 2001-2010 era aumentar de manera ostensible esta práctica en los centros hospitalarios de la región.
En tres años y medio de gestión hemos avanzado de manera considerable en ese sentido. Si los datos referidos a donaciones de órganos son elocuentes, también se ha dado una reducción notable de las negativas familiares, que han pasado del 77,2% en 1996, al 30,4% en 2004, aunque en este apartado debemos seguir haciendo un importante esfuerzo en el ámbito social para que ese porcentaje se acerque a la media nacional.
Antes de la asunción de las competencias sanitarias, en nuestra comunidad autónoma no se llevaba a cabo ninguna operación de trasplante renal, ahora contamos con una unidad en el Hospital Universitario de Albacete, que ha practicado el año pasado 14 trasplantes de riñón. Además, 139 pacientes castellano-manchegos recibieron el año pasado un trasplante, lo que redujo a casi la mitad el número de enfermos en lista de espera de donación de órganos en nuestra región.
Nuestro compromiso con las donaciones y los trasplantes de órganos es, por tanto, un compromiso duradero y constante, no sólo en el ámbito asistencial sino también en el social, porque una mayor comprensión y conocimiento de nuestros ciudadanos de lo que significa este proceso generoso, solidario y altruista supondrá siempre que nuestra sociedad hará cada día y a cada minuto una verdadera apuesta por la vida.