María del Mar Torrecilla (Directora general de Igualdad y Calidad en la Educación)
La orientación educativa y profesional se concibe no sólo como un derecho del alumnado de nuestros centros de enseñanza, sino también como un innegable factor de calidad de un sistema educativo que quiere caracterizarse por una adecuada atención a la diversidad, el mejor grado posible de equidad y un modelo comprensivo que posibilite la inclusión de todos nuestros alumnos. Además, los profesionales de la orientación no sólo actúan con el alumnado, pues el desarrollo de sus funciones también es muy importante para el trabajo de los profesores y para las familias.
Actualmente, la orientación educativa se desarrolla en distintos niveles. El primero de ellos es el que corresponde a los propios profesores, a través de sus funciones como tutores. El segundo nivel es más específico, y su desarrollo ha sido asumido por los profesionales de los Departamentos de Orientación existentes en todos los IES, o por los miembros de los Equipos de Orientación, con sus sedes, en este caso, fuera de los centros, y que, hasta ahora, han llevado a cabo una orientación de carácter más externo, desplazándose algunos días a la semana a estos colegios de Educación Infantil y Primaria.
Es en estos últimos, los centros de Educación Infantil y Primaria, donde la Consejería, con la modificación del actual modelo, ya iniciada el presente curso mediante la implantación de un Plan de Innovación y Mejora, quiere potenciar la orientación educativa, creando las Unidades de Orientación en los propios colegios, con una dedicación completa de estos profesionales al centro en el que van a desarrollar su trabajo, incluyéndose en su estructura y con una mayor dedicación a la comunidad educativa a la que a partir de ahora van a pertenecer.
Es indudable que en estos últimos años están surgiendo nuevas necesidades en los centros de enseñanza, y no sólo en los de Secundaria, sino también en los colegios de Educación Infantil y Primaria. La creciente diversidad cultural del alumnado en algunos entornos, los procesos de inmigración, los cambios en los modelos familiares, conllevan una creciente complejidad en la organización de los centros y en el trabajo de los profesores. Por ello, la Consejería de Educación y Ciencia quiere dar una respuesta a estas necesidades, aumentando los recursos personales y materiales necesarios para que la orientación de los colegios de Infantil y Primaria se equipare a la ya existente en los institutos, para que las funciones de orientación educativa se integren en cada uno de los centros, en sus estructuras organizativas, en sus entornos y contextos socioculturales, cuyo conocimiento y análisis es tan importante para entender algunos procesos educativos relacionados con problemas actitudinales, de convivencia o de fracaso escolar.
Era ésta una de las demandas que con más insistencia se planteaba cuando se pusieron en marcha estos servicios: la incorporación a las estructuras internas de los propios centros de unos profesionales que dieran respuesta a las necesidades de orientación de las distintas comunidades educativas.
Se trata, en definitiva, de un modelo de orientación que la Consejería enmarca en un sistema de enseñanza en el que se persigue la constante mejora de la calidad y la equidad, pues de esta forma la orientación, también a partir de ahora en los centros de Educación Infantil y Primaria, se define en su propio contexto, potencia su carácter preventivo en cuanto a los problemas o desajustes que puedan surgir, intensifica su acción educativa compensadora y da respuestas inclusivas en los distintos entornos familiares o socioculturales, sobre todo en aquellos con mayor riesgo de generar esas condiciones adversas que a veces influyen tanto en los procesos de fracaso escolar, respondiendo así, por tanto, a un modelo de escuela abierta, de integración de los centros en sus contextos.
Uno de los aspectos más importantes de esta nueva estructura de la orientación escolar y profesional que la Consejería quiere regular es el relacionado con la coordinación, que con el nuevo modelo se potencia incluso respecto a la existente hasta ahora en los Equipos de Orientación, tanto con los Servicios de Orientación de los IES de la zona (aspecto éste fundamental para los procesos de transición de Primaria a Secundaria), como con los servicios sociales de otras administraciones, tan importantes para abordar algunos problemas actitudinales, de convivencia o de fracaso escolar en los que, en muchos casos, subyacen causas socio-familiares, y en las que los centros necesitan la colaboración y ayuda de otras instituciones para poder incidir en ellas.
El modelo se estructura en tres niveles: el primero es el que corresponde al ámbito de actuación de los profesores, a través del desarrollo de sus funciones como tutores; el segundo es el referido a la actuación de los profesionales pertenecientes a los Departamentos de Orientación de los IES, o a las nuevas Unidades de Orientación que se implantarán, con esta reforma que ahora aborda la Consejería, en los centros de Educación Infantil y Primaria; y el tercer nivel previsto será el relacionado con los centros territoriales y regionales que asumirán las funciones de coordinación, documentación y apoyo, encargándose, asimismo, de garantizar la necesaria coherencia de todas las actuaciones en sus distintos niveles.
Se trata, en fin, de dar una respuesta a la demanda de mejora e innovación de los servicios de orientación de nuestra Comunidad Autónoma; de una decidida apuesta de la Consejería de Educación y Ciencia, con el correspondiente aumento de recursos personales y materiales que ello conlleva, por la potenciación y ampliación de la orientación educativa y profesional, que va a suponer un avance, sobre todo en los centros de Educación Infantil y Primaria, hacia una enseñanza de mayor calidad, en la que la atención a la diversidad y el modelo de escuela inclusiva siguen siendo referentes fundamentales.