Carmen Quintanilla (Presidenta Nacional de Afammer y Diputada del Partido Popular)
En mi quehacer diario como Presidenta de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, tengo la oportunidad de conocer de primera mano como las mujeres siguen enfrentándose día a día al difícil reto de no ser consideradas iguales a los hombres, luchando a brazo partido por encontrar un hueco en una sociedad marcadamente masculina, intentando conseguir un empleo que les permita conquistar su autonomía y la realización como profesionales. Y con este paisaje de fondo, he tenido que asistir a la foto del deleite de unas pocas, disfrutando del sol del mediodía a las puertas de la Moncloa, vestidas como muñecas de revista que ya han alcanzado la preciada igualdad.
Y es que, parece ser, que salir en una revista de tirada nacional dirigida a las mujeres vestidas por los grandes diseñadores españoles sin ningún complejo, es sinónimo de los grandes avances que en materia de igualdad de género hemos conseguido las mujeres de este país.
Me indigna pensar que las mujeres y hombres del gobierno socialista de nuestra nación van a luchar contra la desigualdad femenina desde los estrados y las portadas y no desde el trabajo discreto y sin ansias de protagonismo que corresponde a la clase política. Yo no puedo entender que, cuando todavía las mujeres son rechazadas en los procesos de selección laborales simplemente por el hecho de ser madres, nuestras gobernantes aparezcan perfectamente maquilladas y peinadas hablando de igualdad, con un glamour que nada tiene que ver con el aspecto de cualquier ama de casa española en plena faena doméstica.
Ensalzan la paridad, como si hubiera mejorado las condiciones del conjunto de las mujeres de nuestro país, diciendo que constituye el primer paso para la igualdad real. ¿Igualdad para quién? ¿Dónde está la igualdad en la banca de nuestro país, sobre todo en puestos de responsabilidad? ¿Dónde está la igualdad en sectores como la construcción o la minería o la agricultura? ¿Por qué prefieren los del gobierno socialista seguir hablando de igualdad en las revistas de moda sin tomar ni tan siquiera una medida eficaz para arrasar con las dificultades que cada día se encuentran nuestras mujeres en su camino hacia la realización personal y profesional?
AFAMMER lleva 22 años de lucha a sus espaldas para conseguir la igualdad real de oportunidades para las mujeres rurales. Cuando desde una asociación se trabaja todos los días para erradicar la desesperanza de muchas en su lucha por la equiparación de sus derechos a los de los hombres, dando pequeños pasos en una labor incansable y constante, aterra pensar que las mujeres que han conquistado la esfera política a golpe de cuota paritaria, no representan a la sociedad femenina española, no se identifican con las mujeres de a pie y no ayudan a desterrar estereotipos que siempre han lastrado la imagen de las féminas por todo el mundo.
Si con estos alardes “fashion”, nuestras Ministras querían aportar frescura o un nuevo talante, se han equivocado. Verlas de esta guisa me ha recordado que las desigualdades siguen siendo el desayuno de muchas, pese a que ellas quieran aparentar lo contrario. Ahí están: son la más frívola imagen de la igualdad elitista.