Roberto Sabrido (Consejero de Sanidad)
Hoy se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre y creo que es un buen momento para recordar ese compromiso con la vida de tantas personas anónimas de Castilla-La Mancha, cuya sangre donada fue de las primeras que llegó a los centros hospitalarios de Madrid para que centenares de heridos por el salvaje ataque terrorista del 11 de marzo pudieran ser operados con las mayores garantías posibles. Una actitud, que como recordé hace dos semanas, con motivo del Día del Donante de Órganos, conjuga tres virtudes cívicas dignas de resaltar: solidaridad, altruismo y concienciación.
La decisión de un ciudadano de donar de manera voluntaria, sin renumeración y de manera periódica merece siempre el respeto de la sociedad y, también su reconocimiento. Por eso, quiero agradecer públicamente el esfuerzo y la solidaridad de los más de 60.000 donantes que existen en la región y que con su decisión permite que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha sea casi autosuficiente en reserva de sangre y plaquetas, aunque como es natural todo es mejorable y cualquier nuevo donante será bien recibido.
Su aportación ha permitido que el año pasado se pudieran llevar a cabo casi 48.000 transfusiones de sangre y 12.000 de plaquetas, además de contar con 1.700 litros de plasma fresco congelado. Son datos algo fríos, pero que representan un sincero homenaje a la vida, a la vida de aquellos enfermos que requirieron sangre ajena para poder superar una operación o una dolencia. Pacientes que nunca podrán agradecer ese gesto tan noble de una persona sin ningún vínculo familiar o de amistad con ellos y que les ha permitido, muchas veces, salvar su vida. Por eso, estas líneas tan necesarias para destacar el papel de estos ciudadanos anónimos.
Desde ese compromiso vital y social, el Gobierno de Castilla-La Mancha quiere facilitar la incorporación de nuevos donantes y mejorar la coordinación de los distintos bancos de sangre que existen en los centros hospitalarios de la región.
Por tanto, gracias a todos las personas que han donado su sangre para ayudar al prójimo y, especialmente, por lo que han representado, a aquellos que con su donación permitieron poder enviar con gran celeridad centenares de bolsas de este preciado bien a los hospitales de Madrid el pasado 11 de marzo, porque como dijo el actor y director Peter Ustinov: “No creo que los amigos sean necesariamente la gente que más te gusta, son meramente la gente que estuvo allí primero”.