Día Mundial sin tabaco

Roberto Sabrido (Consejero de Sanidad)

   La información puntual y reiterada que los medios de comunicación han empezado a ofrecer a los ciudadanos en los últimos tiempos sobre las muertes en accidentes de tráfico durante cada fin de semana o periodo vacacional ha favorecido una mayor concienciación de todos nosotros sobre este trágico asunto y que queramos ponerle remedio lo antes posible. Sería bueno y necesario que la sociedad se concienciara de la misma manera con las muertes atribuibles al consumo del tabaco, más de 50.000 al año en España, y de esa forma conseguiríamos un mayor compromiso social para combatir este problema de salud, que genera un alto coste humano y económico para nuestra sociedad.

   He planteado este cuadro comparativo entre accidentes de tráfico y fallecimientos relacionados con el tabaquismo como una manera de resaltar la importancia que tienen todas las iniciativas que podamos adoptar, cada uno desde nuestro ámbito de responsabilidad, para promover el abandono de este hábito que afecta a tantos castellano-manchegos.

   La concienciación, por tanto, es un paso imprescindible para abandonar el hábito de fumar, tanto en el ámbito individual como en el sanitario y en el social, ámbitos que lógicamente deben discurrir de manera paralela y complementaria para que un fumador encuentre un ambiente propicio que le permita dejar su adicción.

   El primer paso, ineludible, para abandonar el hábito tabáquico es que el fumador quiera dejarlo. Si se conciencia y lucha contra la adicción, esa persona ha dado un gran paso y no estará sólo. Además del apoyo familiar, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha hecho una apuesta decidida en los dos últimos años en ampliar sus dispositivos de deshabituación tabáquica.

   Así, en el primer nivel asistencial, Castilla-La Mancha cuenta en la actualidad con 37 equipos de Atención Primaria que llevan a cabo programas de deshabituación tabáquica y los profesionales sanitarios de todos los centros de salud van a contar con un protocolo para fomentar entre sus pacientes fumadores el abandono de este hábito, que ha sido elaborado por médicos de familia de toda España expertos en esta adicción.

   Además, en el segundo nivel asistencial, siete hospitales de la región cuentan con unidades especializadas en tratamientos de deshabituación tabáquica y se prevé la apertura de otro en el Hospital de Puertollano.

   Todas estas actuaciones las estamos llevando a cabo con el paraguas del Plan de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo, que aprobamos el año pasado y que con un horizonte hasta 2010, pretendemos abordar de forma integral este problema de salud desde la prevención, la protección de los fumadores pasivos y la puesta en marcha de tratamientos para fumadores que quieran abandonar este pernicioso hábito.

   Una concienciación individual, sanitaria y social que queremos acompasar y complementar con una política más restrictiva sobre el consumo del tabaco, siempre que cuente con el consenso de todos los sectores implicados en este problema de salud pública. Sabemos que imponer una prohibición muchas veces es contraproducente, ya que un ciudadano responsable lo que nunca necesita es que un policía esté detrás de él. La mejor manera de que se implique es que todos trabajemos juntos para reducir de forma drástica la tolerancia social que existe hacia el consumo de tabaco, sobre todo entre los adolescentes. Puede ser una línea de actuación factible que nos permita aunar esfuerzos entre la Administración, los profesionales sanitarios, el mundo educativo y el sector empresarial para alcanzar ese fin utópico de un mundo sin tabaco, un mundo sin humo.

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