Puertollano: Obras son amores

Manuel Valero.- Sobre todo si son de diferentes colores… esos amores. Porque es ahí donde se evidencia lo que prima más. Si los intereses generales o los partidistas y personales. Pero no nos engañemos: todo cargo tiene un punto de vanidad y autocomplacencia porque las personas que se dedican a la política y asumen una responsabilidad institucional son humanas. Personas humanas, exactamente. La clave está en el modo de gestionar ese ego.

Si una obra la financia sólo una administración y/o Europa la evolución de la misma tendrá problemas… pero no políticos. Es lo que pasa exactamente con el Paseo de El Bosque y el Hospital de Puertollano como editorializaba recientemente este periódico. La primera reúne a la administración local, la provincial y a la regional (que ayer eran todas confluyentes), y la segunda es responsabilidad exclusiva de la Junta de Comunidades. Nada que ver la marcha de una y de otra ni de los problemas surgidos, claro.

Sin embargo, no parece que el presidente  Emiliano García Page sea de esos dirigentes que juegan al escondite con asuntos serios y por lo tanto cumplirá con lo estipulado inicialmente respecto al Paseo de El Bosque. Este proyecto fue la lápida del PSOE  local  y lo mismo que fue su condena a prisión a cumplir en la oposición puede convertirse en un problema serio para el actual equipo de gobierno que preside Miguel Ángel Ruiz. Sí, dijo lo que dijo en campaña, pero… ¿qué político está libre de la exageración electoral? Ya debe saber a estas alturas que el mundo empresarial y la política son iguales pero no son lo mismo y que la lógica política nada tiene que ver, a veces, con la lógica natural de las cosas.  

Quedan tres años para que acabe la legislatura y por lo tanto, un trienio para que El Bosque luzca libre de vallas y luminoso en superficie y robusto y práctico en su subsuelo.  Tres años para papeleo y licitaciones y plazos y ejecución para que Puertollano rescate por fin buena parte de su centro neurálgico. Y si no está rematada la obra, basta que así que pase el trienio los ciudadanos (electores) constaten que se está a punto de acabarla porque se ha estado trabajando en ello.

 No faltaría más que, ahora que el tiempo empieza a urgir, se uniera a los problemas técnicos y económicos, el toma y daca político entre Ayuntamiento y Fuensalida, para culparse si el proyecto se dilata, para reprocharle a Page que no se toma el mismo celo con El Bosque que con el Hospital o para levantar la sospecha a propósito de que todos los políticos van a lo suyo, de que el presidente regional o los socialistas locales le está poniendo palitos en la rueda a la obra que sentenció a los suyos, sólo por fastidiar a Miguel Angel Ruiz y al PP, lo cual sería miserable porque a quienes fastidian es a los vecinos todos.  

Yo no lo creo. El ciudadano C lo que espera es disfrutar de ese pedazo céntrico de su ciudad cuanto antes, y poco le importa o le importa menos que haya sido el Ayuntamiento el que se ha gastado los cuartos con o sin la ayuda comprometida de la Junta, o si esta ayuda se ha ajustado a la cifra pactada al inicio del proyecto y con anterioridad a la parálisis y sus consecuencias técnico-administrativas. O si el Gobierno de Page se ha mostrado más generoso al añadir dos huevos duros a la cantidad (4 millones) comprometida inicialmente.

Obras son amores si son de diferentes colores los dirigentes que luego la considerarán como éxito propio. Ojalá el mamoneo político no meta las narices en esto.  La ecuación es fácil: el PSOE las inició, el PP las acabó, y la Junta estuvo al quite y al apontoque desprendido con unos y con otros, y los ciudadanos todos felices y contentos porque desde el Pasero de San Gregorio ya se puede ver la Virgen de Gracia… Y más allá. Democracia natural y facilita.

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