Voz que clama en el desierto

De coJosé Riveronsumarse la demolición prevista y ya anunciada del Grupo de viviendas de la calle Ruiz Morote (Arturo Roldan Palomo, 1943), estaremos en presencia de una vuelta de tuerca más en los procesos imparables de destrucción de la ciudad. Procesos denunciados en caliente en 1977, por Fernando Chueca con su trabajo La destrucción del legado urbanístico español, y donde Ciudad Real,  y su consecuente retrato, salía altamente desfigurado.
Aunque ahora pudieran acogerse para ese movimiento destructor, paradójicamente a la Ley de la Memoria histórica; toda vez que el citado grupo fue bautizado en origen, como Grupo José Antonio, en la promoción practicada por la Diputación Provincial junto al Instituto Nacional de la Vivienda. Si eso fuera así, bastaría con el cambio de nombre del grupo, como se pretende hacer con el grupo Vicente Galiana, también obra del mismo arquitecto y del mismo año.

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Procesos destructivos de larga enumeración y que ya han sido expuestos en estas páginas, con forma de diferentes seriales de artículos (Del Topos al Logos y Las piedras de la memoria). Procesos que duran demasiado y que nadie es capaz de rectificar. Y cuando digo nadie, me refiero a todas esas administraciones con competencias en la intervención edificatoria, pero ajenas a la ola devastadora y más pendientes del brillo del indulto y de los galones de FITUR, del ornato banal y de la púrpura festiva que de cierto sentido común civil y urbano. Y urbanizador.edificio-ruiz-morote-2

El proceso destructor no necesita a estas alturas ni la justificación ausente de la excelencia edilicia ni la modestia edificatoria, para proceder a autorizar piquetas y buldóceres y sacar conclusiones polvorientas. Ahí están los casos abandonados, como los de la Casa de Cultura (Fisac), el Palacete de Conrado López en Paseo Cisneros (Telmo Sánchez), el Colegio ferroviario (Alonso Martos) y hasta el aulario de los Marianistas (Luis Moya), que sienten sobre sus muros amenazados, el aliento del acero destructor. Anoten hospitales varios, sanatorios de la memoria y Bancos desplazados.

Por no hablar de los edificios desaparecidos, piezas de Rebollar (Banco de Albacete en la plaza del Pilar), de Telmo Sánchez (Plaza del Pilar y Calatrava 2), de Arias Rodríguez-Barba (Antigua Audiencia, Gasolinera Ford) y antigua Casa de Correos (Lozano y Otamendi). Por no hablar de tanta edilicia de casas solariegas sin firma de autor conocido (Villaster, Salamantinos, Ibarrola, Torrecilla) pero igualmente excelentes edificaciones barridas por el impulso urbanizador.  edificio-ruiz-morote-3

Un impulso urbanizador arribista y nuevo-rico que fue visto desde el complejo provinciano de los años cincuenta; complejo de capitaleja acomplejada que pugnaba por el torrismo (Dulce Ramírez Morales, fue el inventor del palabro), un impulso que soplaban la velas del otro ismo del momento, el desarrollismo. Un complejo que no esconde, pese a las proclamas, simples operaciones inmobiliarias de permuta de valor y de obtención de plusvalías latentes en el Planeamiento urbano.

Esto es, la simple permuta de lo sentido como viejo, por lo chalaneado como nuevo. Y esta actitud no cambia ni muta, es una constante en las llamadas Clases rectoras y en todos los equipos de concejales en ejercicio. Incapaces como han sido durante largos años en parar el pulso destructor. Un pulso nocivo y hediondo que alguna vez, ingenuamente, pensamos que se ahormarían a tiempos benévolos y más sosegados. Más racionales. Pero se ve que no. Que es preciso que todo cambie, para que todo siga igual, a lo Lampedusa.edificio-ruiz-morote-4

Periferia sentimental
José Rivero

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11 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo. Y todo ello ante la inacción de unas autoridades (las de ahora y las de antes) que nada hacen por la preservación de la arquitectura existente y de la identidad arquitectónica residual que aún conservamos (arquitectura historicista del ladrillo de finales del XIX) que creo que debía impulsarse.
    Para ello (y no quiero se pretencioso) se deberían haber seguido (aún se pueden seguir) una serie de medidas como:
    a) Declaración de BIC de ejemplos como el que Don José señala en su artículo.
    b) Normativa para nuevas construcciones con unas mínimas exigencias en materiales (evitar los «feísmos» arquitectónicos perpetrados recientemente como el edificio nuevo frente a San Pedro, el de Caballeros frente al Obispado o el de la esquina Cruz-María Cristina por poner sólo un puñado de ejemplos).
    c) Readecuar el POM (antes PGOU) en las líneas que el profesor Pillet enunciaba hace poco y defender esa arquitectura local e identitaria.

    • Completamente de acuerdo.

      Se debe guardar armonía con el entorno, con supeditación a cualquier edificio referencial de su inmediato entorno.

      En la zona de la catedral (calle Camarín) se trató de hacer acertadamente éso con edificios de nueva construcción.

      • También en el caso de la Plaza de la Inmaculada Concepción (Terreras) se guardó cierta unidad y se edificaron (esquina San Antonio) algunos edificios que respetan el entorno y la arquitectura referencial próxima.

        • Por eso han hecho ese edificio fecal en la misma calle Paloma, al lado de San Pedro. Para olvidar el patrimonio al lado del cual se sitúa y añadirle mierda y desorden a esta ciudad. Nuestros hijos y nietos creerán que viven en una ciudad fundada con el AVE sobre un asentamiento de barro, ya que no quedará casi nada que recuerde nuestro origen real, de ahí el nombre de la ciudad, y sí quedará la imagen de los edificios que han levantado los constructores, promotores y arquitectos paletos (sí, sí. paletos. ninguno ha estudiado o recuerda nada de lo que había estudiado) que se han adueñado de lo urbano.
          ¿No hay nadie que se preocupe por esto? ¿Ayuntamiento? ¿Cultura? Especulación, crimen estético… Lo que sea nos ha convertido en un mojón al lado de las demás capitales de provincia que valoran su arquitectura, su urbanismo y a la gente común que vive en la ciudad, no que la diseña y construye al antojo del bolsillo de esos catetos y el precio de la termoarcilla, que desde la crisis está muy baratica oigan.

  2. Ahora contemos la verdad:

    La cincuentena de vecinos que habitan y que son PROPIETARIOS del actual complejo, de común acuerdo con un constructor, han decidido, bajo su libre derecho y criterio que, a cambio de ceder parte de la finca donde se hallan los bloques, se realice la construcción de nuevas viviendas, que -por medio de permuta- suplantarán las que actualmente poseen, siendo estas más modernas, incluyendo garaje, cosa que ahora no poseen, y en definitiva, la mejora su PROPIEDAD y vivienda HABITUAL. De dicha operacion saldrán otro numero de viviendas que aliviará la demanda de obra nueva en el centro.

    A nivel vecinal es indubitada la legitimidad de la operación, y que todo ello está alejado de cualquier atisbo de especulación; únicamente atiende al deseo de cualquier persona de tener una vivienda mejor para vivir mejor y tener una propiedad mejor.

    Esta es, en definitiva, la realidad de los hechos.

    Ahora, si vamos a tocarles las narices a la gente, y de mezclar churras, como es la lógica de conservar inmuebles PUBLICOS con valor histórico/artístico/patrimonial, como los citados edificios de correos, Casa de la Cultura, el Colegio ferroviario, o el de la Cruz Roja, con merinas, que no es otra que impedir a estas personas hacer uso de su PROPIEDAD PRIVADA, bajo una supuesta vitola de conservadurismo artístico, francamente, me parece más una cuestión ideológica que la búsqueda de una supuesta ganancia pseudopública que no se sostiene per se.

    Mi apoyo a estos propietarios y mi deseo de que la obra se ejecute conforme al proyecto y ojalá en poco tiempo se realicen las dos fases en las que se divide y puedan disfrutar de su propiedad conforme a su deseo y al diseño de las viviendas, que me consta que su opinión, en base a sus necesidades y gustos estéticos, se ha tenido muy en cuenta.

    • Las churras son churras y las merinas son merinas. Pero no es menos cierto los límites de la propiedad privada en el derecho urbanístico. En el derecho moderno la propiedad privada esta limitada socialmente a otros principios. Esa operación apacible ya se intentó con el otro grupo coetáneo, el Francisco Franco. Si el Ayuntamiento tuviera catálogos de edificaciones singulares el debate habría acabado.

    • Estoy con lo que dice José Rivero. Y si a las malas (que son lo más habitual e nuestra ciudad) se ha de edificar nuevo que el POM reflejase cierta unidad, materiales y principios estéticos. No la justificación demagógica que esgrimes.

  3. Al final los, 50 vecinos se quedan sin viviendas, esto es como cuando daban un 10% de interés y estaba al 4.
    Me explico:
    Vamos que veo imposible sacar 50 pisos para los propietarios y obtener beneficios. Quiebra segura.

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