Santos G. Monroy.- Alicia vive en constante pesadilla desde hace casi diez meses. Se siente atrapada en una cruel duermevela que la retiene prisionera de su propio cuerpo. Apenas puede dormir, pero es peor cuando amanece: no se atreve a mirarse en el espejo, temiendo no reconocerse a sí misma. La puertollanera Alicia Mediavilla tiene 27 años, una serena belleza y unos ojos cálidos y soñadores, pero soporta el resto de su cuerpo como un castigo divino desde marzo de 2015. Aún espera la operación que la libere.
En septiembre de 2012 Alicia se sometió en el Hospital General de Ciudad Real a una operación de reducción de abdomen por obesidad mórbida, y en marzo de 2015 le fue practicada una dermolipectomia para retirar la piel sobrante. El resultado fue un absoluto desastre que le dejó horribles secuelas en la zona abdominal. Además, padece una hernia como resultado de la primera intervención que le provoca fuertes dolores.
Alicia aún recuerda con pavor y lágrimas en los ojos la primera vez que se miró a un espejo. Desde entonces los cubre con una toalla para evitar enfrentarse a su desnudo. «No puedo mirarme, me han destrozado la vida», relata la joven. «Aún necesito tratamiento psiquiátrico, me cuesta conciliar el sueño y no veo el momento de liberarme, pero nadie me está ayudando».
Tras la dermolipectomia, Alicia acudió a la Asociación del Paciente, que solicitó a la Fiscalía de Ciudad Real que investigara este caso como supuesto caso de negligencia médica, al tiempo que instaba al Ministerio Público a investigar la tardanza en volver a tratar a la denunciante.
Alicia subraya que cuando el caso trascendió a la opinión pública, en mayo de 2015, se interesó por ella el entonces gerente del hospital ciudadrealeño y diputado regional del PP, Juan José Jiménez Prieto. Consiguió así que derivaran su caso a Toledo con la promesa de que la incorporarían a una lista preferente, de modo que pudiera someterse a las operaciones necesarias para la reconstrucción de la cintura. «Me dijeron que la primera intervención podría practicarse después del verano, pero aún sigo sin saber nada», se lamenta.
La joven puertollanera sufre una grave crisis de autoestima, pero además se enfrenta a mayores obstáculos a la hora de buscar trabajo, ya que las operaciones que tiene pendientes la obligarán a pasar largas temporadas de baja laboral.
Asegura, desesperada, que solo cuenta con el apoyo de su familia más cercana y con el cariño de su pequeño. También está recibiendo mucho ánimo de la alcaldesa Mayte Fernández. Pero realmente todo el pueblo de Puertollano está con ella, y sabe que el valor de una persona está más allá de las limitaciones físicas. Todos esperan que esta joven recupere la alegría, y pueda reconducir su vida para vivirla, simplemente, con dignidad.
Ánimo, chica. No todo es la apariencia física; la vida ofrece muchas más oportunidades y compensaciones.
Lo peor que te puede pasar, es caer en el desánimo y la desesperación, haz todo lo contrarío, tienes que pregonar tu problema a los cuatro vientos, no sientas vergüenza por que todos sepan lo que te pasa, todo menos esconderte en casa.
Una sugerencia, el Sr. Jimenez está ahora en Puertollano, llama a la puerta de su despacho, y que repita lo que dijo en su día, que tu caso se atendería de forma preferente.
Ves a ver a la nueva gerente del Hospital, pide la palabra en un pleno del Ayuntamiento, que se comprometan todos los grupos a ver tu caso y empujar hacía una solución.
Todo, menos quedarte en casa, sufriendo por todo ello. Suerte
Ánimo. Vivir es luchar. Alguien con una mirada tan limpia está condenada a ser feliz.
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