Eusebio Gª del Castillo Jerez.-El mítico ‘Kiosco El Kuesco’ del Parque de Gasset cerrará sus puertas el próximo 31 de diciembre. Su propietario, Alejandro López Sánchez-Toledo, se jubila a los 63 años por problemas de salud y pondrá fin a cuarenta años de trayectoria al frente de un establecimiento hostelero modesto pero muy reconocido por los vecinos de Ciudad Real.
‘El Kuesco’ es un pequeño bar con terraza enclavado en el Parque de Gasset, entre la antigua estación de ferrocarril, la Ronda del Parque y la nueva zona de juegos infantiles. Alejandro López se hizo con él merced a «una concesión antigua, cuando los terrenos pertenecían a Renfe». Un contrato que le impide alquilarlo, venderlo o traspasarlo, salvo que alguno de sus familiares directos se hiciera cargo del negocio, pero uno de sus hijos vive fuera y el otro tiene trabajo. A partir de 2015 no sabe qué será del establecimiento que ha regentado durante cuatro décadas. «El Ayuntamiento de Ciudad Real lo sacará a subasta, mejorándolo, supongo, con arreglo a los otras terrazas que hay en el parque».
‘El Kuesco’ comenzó a saciar el apetito y a calmar la sed de los ciudadrealeños en 1973, aunque no se le otorgó definitivamente licencia hasta el año 1975. En su origen el bar era de chapa y estaba ubicado a unos cinco metros de su situación actual en dirección hacia la Ronda del Parque, donde ahora hay una lengua de césped.
Alejando López recuerda que el espacio que ocupa ‘El Kuesco’ era un campo y que unos alambres delimitaban el terreno que pertenecía a Renfe. «Antiguamente, para poner las mesas cuando llegaba el buen tiempo había que quitar los cardos así de altos», comenta con la mano a la altura del pecho. «Las mesas se ponían donde ahora está el quiosco. Al arreglar los jardines nos desplazaron a esta nueva zona». Fue entonces cuando construyó el nuevo bar y continuó con la concesión. Hace unos años intentó renovarse y presentó un proyecto al Ayuntamiento para modernizar su establecimiento. «Tenía una fachada de cristal -explica-, pero lo denegaron por similitud con el edificio de al lado», la antigua estación de ferrocarril. Debió suponer una contrariedad, pero Alejandro López evita los reproches. «Es igual, ya es agua pasada».
Una de las peculiaridades de ‘El Kuesco’ es, sin duda, su nombre. Pese a lo que algunos puedan creer, nada tiene que ver con ventosidades y flatulencias. Como aclara el propietario del bar, su nombre reconoce a su abuelo, «que ronchaba los cuescos de las aceitunas». Porque cuesco se llama a los huesos de la fruta. De ahí le pusieron el apodo a su antepasado, que también pasó a su padre. «En la Renfe todos tenían un apodo. Esto ya se ha perdido, aunque todavía hay algunos compañeros que vienen y te llaman así».
Los clientes no se han tomado bien la noticia del cierre. Algunos lo expresan exagerando, pues aseguran que «van a coger hasta depresiones». Y es que son muchos años. «Tengo clientes fijos, varios desde que empecé», subraya.» Raimundo, Dionisio y muchísimos más; hay partidas que vienen fijos los viernes y otros tantos que son asiduos también».
Además de su propietario, ‘El Kuesco’ cuenta con dos trabajadores a tiempo parcial que echan una mano a Alejandro por las tardes y los fines de semana. Inevitablemente, el 31 de diciembre pasarán a engrosar la lista del paro.
El parque infantil inaugurado este verano atrae a clientela, sobre todo por las tardes. Aunque, como reconoce Alejandro López, la infraestructura de que dispone el bar, unos toldos con los que cubre parte de la terraza, no es la apropiada para atender en invierno a los clientes. Además, señala que el cuarto de baño está obsoleto y la cocina es muy pequeña. Está a punto de jubilarse y continúa pensando en el futuro de su bar: «habría que plantearse hacerlo de nuevo». Porque, en realidad, no le faltan ganas de continuar al frente de ‘El Kuesco’ hasta que el cuerpo aguantara. Pero ese es el problema. Son muchos años trabajando y las piernas de Alejandro exigen un merecido descanso.
En apenas quince días ‘El Kuesco’ será historia. Mientras las franquicias florecen en Ciudad Real, los bares auténticos poco a poco desaparecen. Es ley de vida; el sino de un tiempo extraño en el que se come por los ojos y se bebe de las apariencias.
Una lástima, en unos años raro será el bar que no sea de una franquicia, las grandes empresas están absorviendo todo y nosotros somos cómplices, luego nos falta el tiempo para pedir una distribución mas justa de la riquez.
Razón tienes, mucho predicar con el necesario reparto de la riqueza, pero ahí estamos comprando en grandes superficies como animales gregarios, bebiendo y tapeando tapas insípidas en bares franquiciados y comiendo hamburgesas infames como si nos fuera la vida en ello. Y luego nos quejamos cuando nos cierran estos sitios emblemáticos, pero quién es el valiente que abre un lugar de estos en los tiempos que corren. Quién cotiza en el RETA con lo caro que es y quién trabaja tantas horas como requieren estos centros de trabajo.
Es deseable que este icono se mantenga abierto…
Voto propuesta de Fermín. Que no se cierre. PERO QUE ARREGLEN EL BAÑO POR FAVOR!!
Un domingo sin una cerveza fresquita allí no es igual.
Efectivamente, desaparecen los viejos simbolos de la restauración. También he oiodo que cierran Los faroles y el España por lo visto por derribo del inmueble!!! Espero que sea un rumor.
Esta ciudad cada vez está peor en cuanto a conservación de patrimonio…
Me enorgullece muchísimo leer este artículo, gracias por darle a mi padre un final como se merece, por la dedicación y el cariño que tiene a su oficio y a su bar » el cuesco» que tantas historias hemos vivido y lo mucho que hemos luchado por sacarlo adelante.
Sólo esperó que la persona q tenga ahí su negocio disfrute, ame y luche tanto como mi padre lo hizo toda su vida por este bar.
La verdad una pena que desaparezca, donde van a escaquearse ahora loss trabajadores del ayto responsables del acondicionamiento del parque, bueno, en general algunos de los trabajadores de varios departamentos de mantenimientos de nuestra city en horas de jornada laboral?
Los responsables del mantenimiento del parque y de otros departamentos de nuestra ciudad como usted dice, van por el bar a la hora de los desayunos, ya q alguna de la gente que va lleva más de 30 años allí desayunando.
Paseante, deduzco por su comentario y su alias que debe ser usted una persona muy ociosa. Si usted no trabaja ni estudia, le recomiendo algún tipo de pasatiempo, así dejará de espiar los descansos matinales de determinados trabajadores y se verá interesado por otro tipo de cuestiones más interesantes.
Sobre la noticia del cierre del Kuesko, pues qué decir? Lo lamento y deseo que dentro de poco lo volvamos a ver abierto nuevamente.
¿Desayunando a la una del mediodia? claro cada uno desayuna a la hora que le permite su jornada laboral y no cafe con leche y bollos precisamente. Rapunzel, no es que sea una persona muy ociosa, es que desgraciadamente hago cifra entre los mas de 4 millones y todo por la mala gestión de unos especuladores amiguetes del gobierno anterior de la junta en un proyecto conocido , por cierto que de eso nadie habla ni aqui ni fuera de aqui, claro como fuerón los de la izquierda no salen ni en cuatro ni en la sexta, eso si el de castellón, caña.
Siempre puedes sintonizar tu televisor en CRTV o Televisión Castilla-La Mancha. Ahí sólo hablan mal de la izquierda y a la derecha la ponen por las nubes.
Pero vaya, que no es el tema del artículo.
Me imagino q si estas informado de todo eso que dice debo de conocerte bien, no vas a tu nombre?!
Le puedo asegurar que a la una del medio día no hay gente «desayunando» como bien dice, pero si gente q o no tiene trabajo como usted o se han jubilado, que bajan a pasear como usted y visitan a mi padre.
Le repito q sí está tan bien informando esq usted está allí en ese horario y probablemente nos conozcamos.
Creo que tras el nombre de «paseante», se esconde en realidad la vieja el visillo.
Es una pena que se cierre un sitio así, tan clásico y con tanta solera como tiene. Echare de menos esos botellines con su choricito o morcilla después de una ruta en bici los fines de semana. Suerte en la vida.
[…] bullicio de uno de sus rincones más concurridos, el que provenía de la mítica terraza-bar ‘El Kuesco’, cerrada por jubilación, ha dejado paso a la calma de la resaca de Nochevieja. Ayer, cuando el sol se precipitaba sin […]