Otra ocurrencia poco afortunada de la concejala de Igualdad de Ciudad Real

Prado Martínez. Concejal del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Ciudad Real.- No dejamos de sorprendernos con las “genialidades” que surgen de la Concejalía de Igualdad de Género y de su responsable, Doña Helena Gómez Castrillón, referentes a las propuestas para la conmemoración del día de la violencia de género.

Hemos pasado de aquel desafortunado eslogan, “la Mujer, la obra perfecta de la creación”, que parecía sacado del arcaico sentir de algún analista de los “Textos Sagrados”, aludiendo a referencias que no dejan de tener su poso machista, a plantear esa “media naranja” que todos los hombres están interesados en encontrar, para cortarla en rodajas en caso de que “así tú lo decidas”.

Eso sin entrar en la simplicidad de la imagen. El mensaje de este año es un mensaje aparentemente light, que más parecería el anuncio de una campaña alimentaria a favor de que a ninguno nos falte la vitamina C, si no fuera porque junto a la naranja hay un cuchillo, un cuchillo amenazante que solo con verlo se te eriza el vello. ¡Menos mal que la naranja no es de esas que llamábamos “sanguinas”! porque ya el realismo hubiera sido escalofriante.

Si lo que prentendía nuestra querida concejal era alentar y apoyar a todas aquellas mujeres que no encuentran el valor suficiente para denunciar a su agresor, bien porque el terror de la repercusión de la amenaza las atenaza, o bien por proteger la seguridad de sus hijos y el resto de sus familiares ante el desamparo que el sistema jurídico y policial actual les proporciona, se queda Doña Helena, en esta ocasión, muy lejos de conseguir dicho objetivo. Más bien al contrario.

Tirar balones fuera, y acudir a imágenes tan rancias como desafortunadas para hacer recaer toda la responsabilidad en quien, precisamente reclama a gritos la ayuda eficaz de las distintas Administraciones por no encontrar una vía de salida a su injusta situación, es, cuando menos, dejar claro el espíritu frívolo e ineficaz que caracteriza la gestión de una concejalía que atiende cuestiones tan trascendentes para la sociedad.

Una concejalía que programa sin criterio, rechazando la consulta ciudadana y su representación en el Consejo de la Mujer para evitar este tipo de errores, pensando más en garantizarse un buen número de participantes en las inoperantes actividades planteadas, para justificar un trabajo poco profundo, alejado de los problemas reales de la mujer en general y, particularmente, de las que sufren la infame y delictiva lacra de la violencia machista.

Otro ejemplo más de la falta de criterio y de seriedad que demuestra la gestión de Rosa Romero, incapaz de organizar un equipo de gobierno comprometido con los ciudadanos y ciudadanas que reclaman a gritos una solución real a sus problemas.