Brote verde en Ciudad Real. La vida coloniza de nuevo el tocón del viejo olmo, posada en su cima como un amorcillo burlón. Un guiño de esperanza en el cadáver del árbol centenario, ahora olvidado a la puerta del Parque de Gasset, que nos recuerda que la vida siempre se abre paso, aun por encima de la estupidez del ser humano.
«Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido…»
Este es otro milagro del otoño, ya que no de la primavera. Hermosa y sugerente foto.
Le haría un ramo, con las hojillas, a Roncero.
Jaaaajajaja. Mortá de nesesidá.
La sociedad de mil maneras castiga y contamina la Naturaleza pero esta en un gesto de «naturalidad» ofrece vida a la sociedad. Espero, esperemos que esta auténtico brote verde siga creciendo y sea esperanza de vida.