Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El educador Tinus Wijnakker impartirá el próximo jueves -4 de julio- la charla Aprendizaje vivencial: reflexiones sobre el futuro de nuestros hijos en la Biblioteca Pública de Ciudad Real. Holandés de nacimiento, aunque afincado en España desde hace casi veinte años, Wijnakker es uno de los fundadores del espacio Alavida, un entorno educativo en plena naturaleza, ubicado en la sierra oeste de Madrid.
¿Qué es el aprendizaje vivencial? ¿ver, sentir y hacer?
Es mucho más que elegir por delante de los niños e ir diciéndoles qué es lo que tienen que hacer y cómo lo tienen que hacer; se trata de acompañarles en un proceso propio, mucho más individualizado y basado en sus necesidades concretas. En realidad, para responder a esta pregunta, necesitaría cerca de dos horas. Es difícil concretar algo tan complejo en una entrevista para la que tenemos apenas unos minutos.
El aprendizaje basado en memorizar y repetir, a la larga no da buenos resultados…
Una cosa es aprender algo de memoria y otra bien distinta entenderlo y saber lo que es. Es necesario trabajar desde lo que son las experiencias, a través del juego y hacerlo en el exterior. A partir de ahí, utilizamos lo que llamamos material concreto -por ejemplo, bolitas- para poco a poco ir avanzando en el conocimiento, pero entendido como un conjunto, no como cosas aisladas.
¿Qué papel juegan las emociones y los sentimientos en el proceso de aprendizaje?
Atendiendo a la inmediatez, estar más a gusto o menos a gusto en el momento, influye en el proceso de aprendizaje. Sentirse bien facilita aprender cómodamente y más en profundidad. Y por otro lado, todo lo que se aprende va unido a un sentimiento relacionado con el estado de ánimo. Por ejemplo, si te tienes que enfrentar a una situación relacionada con matemáticas de la que has tenido una mala experiencia, a lo largo del tiempo es muy probable que vuelvas a tener problemas con las matemáticas. No por las matemáticas en sí, sino por el sentimiento de fracaso, porque te hayan puesto en ridículo delante de la clase o cualquier otra circunstancia que genere ese rechazo a la materia. En este sentido, asociar aprendizajes con cosas constructivas también hace que luego, al ponerse en práctica, se conecte con cosas positivas.
¿Están aprendiendo los niños y adolescentes lo que necesitan saber?¿Tiene lagunas el currículum oficial?
Quizá más que verlo como lagunas, sería más correcto relacionarlo con la cuestión del aprendizaje vivencial. El niño tiene la capacidad de aprender muy rápido, y los adultos podemos tratar de hacerle aprender todas las cosas que necesita o que, según las perspectiva de los adultos, necesita. Yo entiendo que, en realidad, necesita esta «agilidad mental» -por llamarlo de alguna manera- para poder asimilar miles de otras cosas que aprenden forma espontánea. Y si el adulto quiere interferir con un montón de otras cuestiones, el niño no tiene tiempo para aprender lo que realmente necesita aprender.
Un ejemplo muy sencillo es el caso del aprendizaje de los idiomas. Es imposible dominar un idioma diferente si todavía no se entiende el propio, el proceso de comunicación, los conceptos; no sólo se trata de conocer palabras, es un proceso mucho más complejo. En lugar de ayudar al niño a poder expresarse mejor, a entender su entorno y a manejar el modelo de comunicación que le sirve, le estamos entorpeciendo si le obligamos a aprender inglés cuando todavía no maneja con fluidez su lengua. No se trata únicamente de hablar español, sino que hay una serie de connotaciones añadidas, como el lenguaje no verbal, los diferentes significados que provocan situaciones diferentes, etc. y eso no se puede aprender en otro idioma. Eso es necesario vivirlo; traducir palabras no es entender un idioma.
Con la intención de que el niño domine en el futuro el inglés, se le introduce desde muy pequeño, pero querer aprovechar sus capacidades antes de tiempo le dificulta su aprendizaje del proceso de comunicación que está interiorizando ya. No necesita que un adulto interfiera en este proceso. Es mejor que no se meta.
Dicen que aprender es como amar, que nos se puede hacer a la fuerza ¿a quién corresponde la decisión de aprender?
Sentirse querido y amado es una necesidad tan básica que no puede evitarse ponerla encima de cualquier otra cosa. Si el niño no tiene cariño, se dedicará a buscarlo. Si en casa o en la escuela aprovechan esa búsqueda de afecto para hacerle aprender, el resultado será que aprenderá lo que necesita para conseguir ese afecto, que es distinto a lo que necesita realmente para su vida.
No se aprende igual con o sin la presión de tener que buscar el cariño y la aceptación de otras personas. Ahí entramos directamente en la falta de autoestima que mucha gente padece; porque la autoestima, en vez de estar basada en una valoración positiva de las acciones y actividades propias, depende constantemente de la percepción que tengan otras personas. Muchos niños tratan, constantemente, de conseguir la aprobación de su entorno.
El espacio físico, el ambiente ¿qué papel juega?
Si entendemos el aprendizaje como un proceso en el que son necesarias experiencias completas, una experiencia completa requiere conexiones de un sinfín de cosas a la vez. No se trata solamente de memorizar, por ejemplo, lo que son cien metros: aprender a escribir un uno, dos ceros y una eme detrás. Lo tienes que poder vivir; jugar, correr, medir, ver lo que cansa… Si por motivos que no tienen nada que ver con cuestiones pedagógicas, los niños disponen de un espacio muy reducido y, principalmente, interior, entonces el aprendizaje será muy limitado.
Para poder aprender de una manera basada en la experimentación, con materiales diversos y aprovechando las potencialidades de un entorno apropiado, se necesitan espacios amplios. Es importante, tanto material específico para trabajar cosas concretas, como lo que llamamos material no estructurado -agua, arena, el campo- y, sobre todo poder ver más allá de los muros de una clase y escuchar sonidos diferentes a las voces del profesor y los otros alumnos. Esto es lo que llamamos ambientes preparados, que se adaptan a lo que está aprendiendo el niño en cada momento. Un ambiente preparado necesita una serie de requisitos básicos que las escuelas normales no ofrecen. El argumento principal suele ser que no hay dinero, y acaban metiendo a dos mil niños en un edificio de dos plantas y con apenas un árbol en todo el patio.
El estímulo del entorno es importante, sentirse bien da pie a aprender
No únicamente sentirse mejor o peor, aunque ya hemos comentado en otro punto la importancia de esto, sino que se aprende de otra manera. Se trata de entender mejor lo que pasa, porque tienes colores reales a tu alrededor; para sumar y restar utilizas material concreto, cosa que has visto, gente, mesas, sillas, palitos, piedras… todo lo que hay en tu entorno es válido y no exclusivamente el papel que tienes delante, en tu medio metro cuadrado de espacio en el que puedes moverte libremente.
¿Cuál es el rol más apropiado para un educador? El estilo directivo, de imposición y castigo, puede llegar a ser contraproducente
De forma muy breve, el papel del educador consistiría en acompañar al niño o a la niña, detectando sus necesidades y las diferencias entre unos y otros, seguir su proceso de aprendizaje, organizar el material adecuado y preparar los ambientes en los que puedan encontrar ese material.
Por ejemplo, si un niño necesita jugar a tirar cositas y no tiene dónde hacerlo, el adulto tendrá que procurarle un espacio donde lo pueda llevar a cabo. Pero no se trata de tirar cualquier cosa en cualquier sitio, es necesario establecer límites, no es una libertad vacío, sino basada en estructura concretas.
Además, el acompañamiento también es a nivel emocional, a nivel afectivo, a nivel de estar pendiente de qué cosas le pueden interesar en su proceso de aprendizaje. Depende de la edad del niño, de su proceso madurativo, de su estado de ánimo, de su forma de ser… En un caso u en otro, será más adecuado un papel de tutor o sólo de acompañante en el juego.
Lo importante es en vez de querer tirar constantemente del niño para que saque mejores notas o algo así, es que se le acompañe en un proceso que es personal, es suyo, no del adulto. Que un niño saque muy buenas notas no hace a un buen profesor; un buen educador es el que favorece que el niño se desarrolle tal y como él necesita, y no como otras personas quieran.
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