Obsolescencia Vs transparencia: El dilema de FLAVE Puertollano

J. Carlos Sanz.- El problema de fondo no es que a un periodista se le impida ejercer su derecho de información cuando éste acude a un acto convocado en un espacio público. A la causante del veto se le ha podido cruzar el cable o sencillamente desconoce las reglas elementales del juego, dando un patinazo de aúpa. No; el problema de fondo es que ocupes un cargo público como presidenta de la Federación Local de Vecinos de Puertollano y no te enteres de la misa la media como diría aquél.

A la máxima representante del movimiento vecinal puertollanense le provoca urticaria que un periodista haga acto de presencia durante una asamblea informativa organizada por FLAVE y donde colectivos y asociaciones de vecinos mantienen una reunión con la intención de trazar una hoja de ruta con la que encarar el desolador panorama socioeconómico que aplasta a Puertollano. Sin embargo, a la señora Maribel Golderos le preocupa más no aparecer en la foto junto a representantes del Frente Civico, Plataforma por el Futuro de Puertollano y AAVV Las Mercedes antes que tratar de encontrar la manera de unir a todos los movimientos vecinales y cívicos de la localidad minera para salir del atolladero.

¿A qué obedece el recelo de Golderos a que no se le fotografíe? ¿Por qué ese ahínco en que no se le relacione con representantes de colectivos que están demostrando un posicionamiento crítico tanto con la gestión del equipo de gobierno local como con el resto de administraciones? ¿No será que la presidenta de FLAVE teme aparecer junto al ala crítica del movimiento ciudadano y vecinal y eso no es bueno para su imagen pública? ¿No es al mismo tiempo esta muestra de cerrazón y absolutismo una muesca de obsolescencia?

Como poco es esperpéntico que a alguien que ocupa el cargo de presidenta de los movimientos vecinales de Puertollano, le dé grima que un periodista haga acto de aparición para informar al personal de lo que se está debatiendo y si finalmente FLAVE y el resto de asociaciones vecinales se deciden a dar el paso y caminar junto a otros colectivos en aras de establecer propuestas para bregar con la que se avecina en Puertollano.

Máxime, cuando dicha reunión se celebra en un edificio municipal, por tanto público, y cuando a la misma asisten colectivos y asociaciones ciudadanas. Pues bien, a la señora Maribel Golderos le preocupa sobremanera ser relacionada con estos colectivos que están atizando la parálisis inherente en el movimiento vecinal, colectivos que llevan meses criticando los guiños de clientelismo y aires palmeros que en los últimos años ha caracterizado la labor de FLAVE. Pero hete aquí que la señora Golderos aterriza en el cargo y como elefante en cacharrería se enroca en una postura cerril hacia el periodista de turno, por no hablar de las reservas que pueda tener hacia nuevos movimientos ciudadanos que reclaman a FLAVE que por parte del máximo órgano de participación vecinal haya más arrojo y se le eche más huevos ante el funesto escenario existente en Puertollano.

También puede ser que la presidenta de FLAVE esté muy instruida y conozca al dedillo el contenido del artículo 20 de de la Constitución -ese que habla de las libertades de expresión e información- y se piensa que un servidor ha vulnerado sus derechos de intimidad e imagen que aparecen como límite expresamente reconocido en el precepto constitucional. Pero fíjese señora Golderos que ni por esas lleva atisbo de razón; una lástima que usted ocupe un cargo público pues como refleja el artículo 20 “los cargos públicos y las personas que por su profesión se ven expuestas al público tendrán que soportar un grado mayor de crítica o de afectación a su intimidad que las personas que no cuenten con esa exposición al público (STC 101/2003, de 2 de junio)”.

Además, líbreme Dios, en ningún momento pensaba desvelar aspectos de la vida privada o intimidad que no resulten relevantes para la información. Más que nada porque en su intimidad, la señora Golderos puede hacer lo que le venga en gana pero mientras ejerza como presidenta de FLAVE está expuesta al miramiento con lupa.

En ningún caso, la intención de un servidor era focalizar la polémica en la persona de la presidenta de FLAVE. El verdadero protagonismo lo ha tenido la atmósfera de desolación que allí se respiraba. No ha acudido ni una sola asociación vecinal, aparte de la propia presidenta de FLAVE, el secretario de esta entidad y los tres colectivos que solicitaron a FLAVE reunirse en el edificio municipal de la calle Gran Capitán.

Con lo que pueden hacerse una idea de lo mucho que le importa al resto de asociaciones vecinales, el decálogo de propuestas elaboradas por el Frente Cívico, Plataforma y AAVV Las Mercedes. De paso, la señora Golderos se ha cubierto de gloria al no haber sido capaz de reunir a casi nadie en una convocatoria de asociaciones vecinales que han de discutir cómo abordar el negro futuro de Puertollano.

Se ve que, en este asunto, la cosa no va con la presidenta de FLAVE. A Golderos ni está ni se le espera en la tentativa por dar una nueva vuelta de tuerca al movimiento vecinal. Pero con su actitud, no sólo ante un periodista, la señora Golderos ha demostrado el volumen de anquilosamiento y obsolescencia existente en las cañerías del movimiento vecinal puertollanense. Se lleva tiempo hablando de caras nuevas, de una completa renovación en las juntas directivas de los barrios habida cuenta que muchos llevan décadas y siguen haciendo gala de un comportamiento más propio de la época de Matusalén que de los tiempos actuales.

A lo mejor, a la presidenta de FLAVE le causa desazón que el propio devenir de los acontecimientos la engulla como un minúsculo pez y desaparezca de la escena pública. Lo cual no vendría nada mal para el propio bien del movimiento vecinal que ha de estar a la altura de lo que está sucediendo. Ya no es tiempo de francachelas, ni de compadreo con alcaldes, ni de ser palmeros sin fronteras. El modelo de movimiento vecinal que hasta ahora venía siendo vigente en Puertollano tiene sus días contados, se muere y lo hará el día menos pensado por más que algunos se empeñen en impedir que nuevas formas de organizarse y vivir por parte de la ciudadanía se materialicen.

Soplan vientos de cambio en el ámbito vecinal puertollanense y no va a quedar ni rastro de los que en su día fueron representantes. Estamos en otra época y sus capacidades y actitudes no sirven de nada en un momento de convulsión como el que vivimos. Ni siquiera acuden a una reunión en la que otros colectivos emergentes les reclaman unidad, incorporar propuestas y crear un frente común con los que buscar alternativas al yermo futuro de Puertollano. Como decía, el problema de fondo no es que Maribel Golderos vete a un periodista; es que no se entera de la misa la media.