El consejero de Sanidad afirma que el tiempo de espera quirúrgico es menor que el que se registraba en la etapa socialista

El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales del Ejecutivo regional, José Ignacio Echániz, ha asegurado en las Cortes de Castilla-La Mancha que el tiempo de espera quirúrgica es menor que el que se registraba en 2010 y en 2011, así como la espera media para pruebas diagnósticas, que se ha reducido en un 8 por ciento en 2012 respecto a 2011. La semana pasada, sin embargo, el PSOE denunciaba que la lista de espera quirúrgica casi se ha duplicado en los hospitales de la región.

“Los datos demuestran que la tendencia es a la baja. Los pacientes lo perciben, porque no tienen que esperar tantos días como con un Gobierno del PSOE, porque los recursos existentes son aprovechados mejor y porque no son derivados a la sanidad privada tanto como antes”. Una opinión reflejada en el Barómetro Sanitario, donde el 72,65 por ciento de los usuarios del sistema regional de salud se han mostrado satisfechos con la asistencia médica que reciben en Castilla-La Mancha.

“La oposición sólo sabe alarmar y asustar a los castellano-manchegos sin razones fundamentadas”, ha indicado Echániz, al tiempo que ha recordado que “la situación actual de las listas de espera es mucho mejor que la que el PSOE dejó. Las dificultades con las listas de espera se iniciaron con un Gobierno socialista. Y su irresponsabilidad les hace culpar a este Gobierno de una responsabilidad que les corresponde a ellos”.

Propuestas para seguir mejorando
José Ignacio Echániz sostiene que el Gobierno de la presidenta Cospedal «no se conforma con la actual tendencia positiva y pretende seguir mejorando nuestro sistema sanitario». Para seguir avanzando en la mejora de la atención sanitaria, Echániz ha expuesto una batería de medidas entre las que se incluyen la priorización clínica y una incentivación adecuada a los profesionales: “Defendemos que se debe recompensar al profesional que no tiene lista de espera. En ningún caso al que la tiene”, ha resaltado el consejero, puesto que “los servicios que gestionan adecuadamente a sus pacientes, que mantienen niveles adecuados de flexibilidad y que no necesitan tiempo extra para esa labor deben ser los mejor valorados”.

En consecuencia, Echániz ha anunciado que “se repensará la gestión de los conciertos para aprovecharlos como complementos del sistema. El SESCAM apuesta por la colaboración con el sector privado, en los casos en que exista alguna carencia, pero no queremos una concertación masiva como con el PSOE”, ha precisado.

Mejorar la capacidad resolutiva y el rendimiento asistencial en toda la red del SESCAM, fomentando el papel de la Atención Primaria, además del desarrollo de agendas-tipo por especialidad y pruebas en todos los centros o la gestión de las citas de una forma más eficiente son otras de las líneas de trabajo que ha expuesto el consejero en esta comparecencia.

Críticas a la anterior forma de gestión
El titular de Sanidad y Asuntos Sociales ha recordado que el modo de gestionar de los anteriores equipos de Gobierno hizo que se pagaran 200 millones de euros anuales a la sanidad privada “porque el PSOE castigaba la eficiencia y premiaba el incumplimiento”. En este sentido, el consejero ha definido el sistema de listas de espera del anterior Ejecutivo de Castilla-La Mancha como “perverso, porque era inflacionista, fijaba un tiempo por ley muy exigente que requería una inyección masiva de dinero en el sistema a través de la actividad extraordinaria, las famosas “peonadas”, que suponían un gasto que triplicaba el coste de la actividad en jornada ordinaria.

Con los altos incentivos para “peonadas” se fomentaba una mayor indicación, por encima de lo necesario que tenía como consecuencia que los niveles de rendimiento en jornada de mañana fueran muy por debajo del rendimiento en la jornada de tarde, ya que los profesionales obtenían mayores beneficios económicos. El sistema de retribuciones premiaba no cumplir objetivos, ya que quien tenía una lista de espera muy grande tenía el premio económico de las “peonadas”, con unos ingresos desorbitados. A los profesionales que cumplían, que hay muchos, por hacer bien las cosas se les castigaba porque no necesitaban actividad extraordinaria. Y, por si lo anterior fuera poco, la mala gestión provocaba que se recurriera de forma continua y exagerada a la actividad privada”, ha detallado el consejero.