Santos G. Monroy.- Durante décadas vigiló la entrada sur de Puertollano como un amenazante dragón que ahora el Ayuntamiento ha querido vencer como por arte de magia: El Terri, un monstruoso vertedero de cenizas y carbón, fue convertido en parque el verano pasado. La obra costó seis millones de euros, y no ha estado exenta de polémica: frente a sus defensores, no faltan en la ciudad quienes se preguntan si era necesario tal gasto para “abrir al público” una escombrera. Mientras unos se extrañan ante el coste de ejecución, otros se quejan de la existencia de emanaciones que podrían ser de dióxido de azufre, un gas tóxico… MICIUDADREAL.ES te cuenta todos los detalles.
La silueta del Terri, un colosal conglomerado de piedras, cenizas y restos de carbón, ha dominado durante décadas la entrada sur de Puertollano (Ciudad Real) como un siniestro monstruo coronado por el humo de su combustión interna. El Terri siempre ha conservado, desde a lejanía, la silueta de un enorme dragón gris cuya respiración de fuego expelía oscuras vaharadas a la espera de un tributo en forma de doncella. De hecho, el lugar es de infausto recuerdo para aquellos puertollaneros que aquí perdieron a algún familiar, durante las ya olvidadas “rebuscas” de carbón, en accidentes mortales provocados por emanaciones de monóxido de carbono o la inestabilidad del terreno.
El Terri ha sido, pues, un lugar a la vez querido y temido como símbolo del pasado minero de la localidad… Pero el Ayuntamiento de Puertollano, presidido por Joaquín Hermoso Murillo, quiso ir más allá, y convertir en parque público a esta escombrera de las antiguas instalaciones de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya (SMMP).
La obra se antojaba inverosímil. ¿Cómo convertir en un vergel, en un lugar de esparcimiento, lo que no era sino un escorial de tenebroso pasado? Como en todo, la respuesta estaba en el dinero: con seis millones de euros, en este caso provenientes de los fondos comunitarios Miner para la recuperación de las comarcas mineras deprimidas.
Tal y como declarara en su momento el alcalde de Puertollano, Joaquín Hermoso Murillo, “el Terri es un monumento a los hombres y mujeres vinculados a la minería, que con su esfuerzo y trabajo levantaron desde la escoria del carbón esta montaña al cielo, un monte de los esfuerzos. En su homenaje queríamos recuperarlo y mantenerlo”. El primer edil aseguraba que esta obra era una “prioridad” que tanto los sindicatos con representación en la mesa del Miner (UGT y CCOO) como Ayuntamiento y Gobierno regional “tenían claro que había que financiar”.
Tras dos años de obras, el Parque del Terri fue inaugurado el 4 de junio de 2010, un día considerado como “histórico” para Puertollano. El resultado, no obstante, es objeto de polémica entre la población. Hay vecinos que sostienen que servirá para revitalizar el sur de la ciudad y completar la recuperación de las instalaciones de la antigua SMMP (convertida ahora en el nuevo pabellón ferial). También los hay que se muestran satisfechos con el resultado, sobre todo por las magníficas vistas de la cuenca minera que se pueden disfrutar desde la cúspide. “Ha sido una obra valiente -comenta un jubilado, sentado a las faldas de la ladera- y se ha recuperado algo que afeaba la entrada al pueblo”.
En contraste, otros consideran que ha sido un “despilfarro”, y critican, entre otros aspectos, el desagradable olor que se puede percibir en la cúspide, producto de la combustión interna de minerales y materia orgánica; la escasa accesibilidad al segundo nivel, al que se accede por un empinado camino en zigzag; o el deterioro de los accesos provocado por la lluvia, así como la escasa cubierta vegetal en las laderas y la deficiente implantación de especies que aguanten las altas temperaturas.
Azufre en las entrañas
Lo cierto es que un paseo por el Terri deja al visitante con un melancólico regusto, y da la sensación de que el lugar no se ha sacudido su naturaleza de escombrera ni con los seis millones gastados. Sus laderas siguen mostrándose cenicientas en buena parte, y sus caminos de acceso presentan una desolación de erial. Aparentemente la vegetación implantada es escasa. La cúspide carece por completo de sombra. Hay especies que se han secado, y otras quizá tengan una difícil supervivencia cuando arrecie la canícula. El kiosco bar construido en el primer nivel no ha despertado el interés de ningún concesionario, y aún se presenta solitario, como la postal decimonónica de una marquesina perdida en un parterre fantasma.
La guinda la pone el desagradable olor que corona la cima, fruto de la pertinaz combustión interna de este peculiar “monte de los esfuerzos”. Así, algunos visitantes se quejan del característico olor a materia orgánica en descomposición, un tanto punzante, que se detecta en determinados lugares. Es el caso de un grupo de jóvenes, que bromean sobre la salubridad del lugar. “Huele a gato muerto”.
Y es que quizá el “dragón gris” aún agonice entre estertores de azufre, y su corazón aún palpite anegado en ascuas. No faltan los técnicos consultados por MICIUDADREAL.ES que ponen en cuestión la total neutralización de la combustión interna del nuevo parque. De hecho, coinciden en señalar que las emanaciones que se detectan sensorialmente podrían ser, en un gran porcentaje, de dióxido de azufre (SO2), un gas tóxico producto, entre otros factores, del calor producido por la oxidación de la pirita en contacto con el agua.
El dióxido de azufre presenta un olor desagradable que recuerda al de un colector de residuos, un tanto punzante, y en cantidades suficientes produce irritación en las mucosas. No obstante, los especialistas aseguran que los niveles detectados en el Terri (que disminuirán en intensidad, a medida que la materia fungible se vaya agotando) no ponen en riesgo la salud humana, aunque advierten de que quizá no sea recomendable una estancia prolongada en el lugar.
De hecho, y en prevención de que estos escapes hicieran demasiado molesta la visita, la obra fue planificada de modo que el parque infantil y el kiosco bar estuvieran ubicados en el primer nivel, alejado de la salida de gases.
Escamas de carbón
El colosal movimiento de tierras que teóricamente ha sido necesario para “descabezar al dragón” es otro de los aspectos que han llamado la atención de algunos técnicos consultados por este digital. En el presupuesto del proyecto técnico de la empresa Imesapi, que ganó el concurso, y en base a las mediciones efectuadas por la empresa Arquitectos Ingenieros Asociados (AIA), se pone de manifiesto que sólo el movimiento de tierras representaba un coste de más de 2,5 millones de euros, el 57 por ciento del presupuesto, descontado el IVA.
Según ese presupuesto, se deberían haber movido 388.568,20 metros cúbicos. O, lo que es lo mismo, el equivalente aproximado a llenar de tierra un campo de fútbol de una altura de más de 15 plantas. “El movimiento de tierras efectuado en la práctica ha sido el necesario, el problema es que el cálculo y presupuesto previo de este proyecto parece sobredimensionado”, señala un ingeniero de Minas. A los especialistas consultados les han llamado la atención esas mediciones, y apuntan a la posibilidad de que proyecto y presupuesto fueran modificados posteriormente según la marcha de las obras. Aún en ese caso, y según las mismas fuentes, el proyecto ejecutado diferiría tanto del original que desvirtuaría el proceso de libre concurrencia convocado por el Consistorio.
La aventura de Imesapi
El Ayuntamiento de Puertollano sacó a concurso esta obra con un presupuesto cerrado de seis millones de euros. En septiembre de 2007, aprobó, con los votos de PSOE e IU, la propuesta de la mesa de contratación que designó como adjudicataria a Imesapi, una de las habituales beneficiadas en las concesiones del Ayuntamiento puertollanero.
Imesapi, fruto de la fusión de las empresas Api e Imes (ambas pertenecientes al grupo ACS), ha sido concesionaria de numerosas obras en la ciudad minera, en solitario o formando unión temporal de empresas (UTE) con otra habitual en las concesiones de obra pública de Puertollano: Aconsa.
No en vano, la UTE Api-Aconsa fue, por ejemplo, la encargada de las obras de ejecución de colector de la calle Gran Capitán, o de la urbanización de la segunda fase del polígono La Nava. Como UTE Imesapi-Aconsa, estas empresas se han encargado de la construcción del flamante Centro de Servicios Municipales de la barriada Fraternidad.
Imesapi también ha sido beneficiara, entre otros, de los contratos de la rotonda de conexión de la barriada de Santa Ana con la variante del minero y del Centro de Asistencia Terapéutica y Rehabilitación para Discapacitados.
La obra del Terri ha sido uno de los proyectos más importantes acometidos por Imesapi en “solitario”, aunque en este caso llama la atención que Aconsa, que no se presentó al concurso, figure como peticionaria del estudio geotécnico realizado por la empresa Euroconsult.
Una obra ejemplar
A pesar de las críticas, el representante de Imesapi, Javier Martínez, se ha mostrado orgulloso de unos trabajos justificados por el “complicado y laborioso proceso” de “asentar y estabilizar unos cinco millones de metros cúbicos de ceniza”. Durante el acto de inauguración, Martínez, aseguró que las actuaciones han garantizado la seguridad y accesibilidad del parque, “con la premisa que la montaña no debía perder su configuración, dado que es un referente para los ciudadanos de Puertollano”. De este modo, recordó que ha sido necesario reconfigurar el antiguo perfil del talud, generar una cubierta vegetal, realizar un anillo de drenaje, abrir un camino de acceso, desbrozar y mover tierras, conformar la plataforma de coronación a la cota 750, demoler de la estructura de apoyo de una vieja torreta de teleférico, y acometer todas las instalaciones necesarias.
Según datos ofrecidos por el Ayuntamiento, el nuevo parque dispone 143 farolas, red de saneamiento y agua potable, 56 bancos, un completo y atractivo parque infantil (tirolina incluida) y diversas fuentes de agua. Desde el Consistorio también se asegura que se han plantado 372 árboles autóctonos y 26.550 plantas, y que se ha realizado una hidrosiembra en las laderas que ha afectado a 106.677 metros cuadrados.
Ajeno a la polémica, el Terri sigue impertérrito a la revolución de las estrellas, soportando a los visitantes como en una ensoñación liliputiense. Produciendo escalofríos de amargura en unos, y orgullo del pasado en otros. Sólo el tiempo determinará su verdadera utilidad y dirimirá si el “hechizo de los seis millones” ha servido para fulminar al gran dragón gris en su larga agonía de azufre.
En Twitter: @santosgmonroy
[…] también estuvo vinculada a las polémicas obras de construcción del parque del Terri ya que, si bien no se presentó al concurso (la actuación fue adjudicada a Imesapi), sí figuró […]
[…] también estuvo vinculada a las polémicas obras de construcción del parque del Terri ya que, si bien no se presentó al concurso (la actuación fue adjudicada a Imesapi), sí figuró […]
[…] que acuda a la Justicia si sale adelante su moción de constitución de comisión informativa sobre las obras del polémico parque del Terri y esta apuntara a posibles irregularidades en el proceso administrativo y ejecución de las obras. […]
Realmente no era necesario esa inversión millonaria de 6 millones de €. Desde el barrio de «CAÑAMARES» los amigos y vecinos que nos juntábamos en la puerta del bar Arenas que se veia perfectamente la obra que se estaba realizando nos preguntábamos si esa obra era necesaria y si duraría mucho.
El tiempo nos ha venido a dar la razón, seis (6) millones de € tirados pudiéndose haber aplicado a otras obras en la ciudad.
DINERO MAL GASTADO Y SIN PROVECHO COMO OTRAS MUCHAS OBRAS QUE SE HAN ACOMETIDO EN LA CIUDAD.
CON EL DINERO PUBLICO SE JUEGA MUY BIEN, SI QUIEN HA HECHO ESRAS BARBARIDADES LAS TUVIESEN QUE PAGAR DE SU BOLSILLO OTRO GALLO HUBIESE CANTADO.